Tinta Negra
Alfredo Guevara

La Comisión Instructora del Congreso local, podrá retomar el proceso de desafuero del presidente del Tribunal Electoral del Estado EDGAR DANÉS ROJAS.
Y es que, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, resolvió improcedente el juicio para la defensa de los derechos políticos electorales que promovió DANÉS.
Para el magistrado tamaulipeco representa un revés a su investidura, viniendo de una instancia jurisdiccional, a la que paradójicamente envió otros medios de impugnación, con sentencia diferente a la que obtuvo.
Por ello, si realmente se pretende dar paso a un juicio de procedencia en contra de DANÉS ROJAS, corresponde al Congreso local impulsar la medida desde la Comisión Instructora.
De hecho, esa misma Comisión había estado sosteniendo reuniones en lo privado, que a diferencia de la sesión de comisiones o de pleno, no se transmitieron por redes sociales.
El magistrado del Tribunal Electoral enfrenta un par de acusaciones, una de ellas por presunto acoso sexual, que por motivos que se desconocen, no avanzaban las indagatorias.
Quizá por ello, el primer paso es quitarle el fuero del que goza, para que esté en condiciones de enfrentar las denuncias y defenderse como cualquier otro ciudadano común.
Por eso habría que ser claros; si el Congreso mantiene firme la idea de proceder al desafuero del magistrado, tiene los elementos suficientes. Alargar el caso, sería tanto como una payasada por los legisladores.
De acuerdo a la normativa, de proceder el desafuero de DANÉS, el que ocuparía la presidencia del Tribunal, sería el magistrado que tenga mayor edad o bien, quien cuente con más tiempo trabajando en esa instancia jurisdiccional.
Sin que suene como el más viejo, por su edad, sería el magistrado RENÉ OSIRIS SÁNCHEZ RIVAS quien ocuparía el cargo que llegara a dejar EDGAR, puesto que ya lo tuvo en alguna ocasión.
La otra opción sería la magistrada BLANCA ELADIA HERNANDEZ por el tiempo de laborar en la instancia jurisdiccional, y que en su momento ocupó también la presidencia.
Lo cierto, es que dicha instancia necesita de una reestructuración, dado que en los últimos años, han evidenciado las marcadas diferencias personales – y posiblemente políticas – que tiene cada uno de ellos, que el buen nivel de productividad del Tribunal. En fin.
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