Adán Echeverría

Evidentemente en un acto político, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de México deciden volverse legisladores y pretenden cambiar la Constitución. Ocho ministros golpistas quieren hacer a un lado a los Poderes Legislativo y Ejecutivo y decidir el camino del país: Si la presidenta no negocia con ellos, entonces la harán renunciar al cargo, y la meterán a la cárcel.

Aunado a esto, corren al país del norte para pedir una invasión; desean que gane Donald Trump y que ponga en su lugar a esta vieja, pues cómo se atreve esta vieja a pedirle al Rey de España, un santo varón puesto por Dios para guiar los destinos de los españoles, como se atreve esta “presirvienta” a pedirle al Rey, al mismísimo Rey, que pida perdón por la enseñanza del catolicismo a una bola de indios ignorantes que vivían en este país y se comían unos a otros.

Los ministros, formados como partido político, corren a llorar a Harvard, una universidad privada, y risa que risa la sirenita, se burlan de dientes pa fuera, y se desesperan por dentro, porque saben que les quieren reducir el dinero presupuestal, quieren mandarlos a una elección popular, y ellos, los ministros, no están para ser elegidos por indios, por pobres, pero cómo se atreve esta comunista presidenta.

Evidentemente en un acto político, deciden que el 5 de noviembre de 2024, el mismo día de las elecciones gringas, donde un sentenciado Trump se pelea la regiduría del imperio del norte contra la amiga de Diddy Combs, Kamala Harris. Los estadounidenses no saben para dónde hacerse. El país de Faulkner, de Steinbeck, de Toni Morrison, en qué se ha convertido; qué cosa es hoy su sociedad, para que dos personajes cuya inteligencia y sanidad mental tiene que ser puesta a juicio, serán puestos en la boleta electoral y alguno será elegido para gobernar a 350 millones de norteamericanos. ¡Por favor, amigo gringo! ¡Por favor, líbranos de este comunismo que corre sobre el suelo mexicano! Nosotros, los jueces, los magistrados, los ministros de la Suprema Corte, haremos todo lo que esté de nuestra parte para entregarte todos los recursos naturales y humanos (mano de obra barata), pero por favor, arresten a esta comunista.

Esta comunista que hace unos días lanzó una maldición al Rey de España. Hizo rituales en el Palacio Nacional, y ha logrado que ese dios de los indios, Tlaloc, Chac, cualquiera de los dos, esos dioses del agua, de la tormenta, de la lluvia, organice los elementos y ataque el sureste de España, inundando las calles, destruyendo esa parte de la madre Patria, y ha hecho que nuestro querido Rey, tenga que ensuciarse sus piecitos, caminar entre ese lodazal, y Oh querido gringo, esa diabla presirvienta comunista, ha hecho que las huestes españolas le griten: ¡Asesino, Asesino! a nuestro amado Reyecito de Chocolate, Reyecito de Choco-lodo.

Lodo el que caía, junto a tremendas ostias, en el trajecito del emperador, perdón, del reyecito de choco-lodo. Oh, mi tuiter, Oh, mi Elon Musketero del imperio, paladín de Trump, otro loquito que dice que ahora sí, con sus robots hechos en China, pero marca teslalalá, habitarán Marte, él, Trump, todos los trumpistas, todos los ministros de la suprema corte de justicia de México, y por supuesto, nuestro manchado e insultado reyecito de choco-lodo.

¿Cómo te atreves Claudia? No dudes que este cinco de noviembre, te arrestarán y terminarás tus días en la cárcel, por haber destruido a México, por haber liberado a Tlaloc, por haber hecho que enlodaran el trajecito y la corona de nuestro reyecito de chocolate. Por pretender que Harris y Trump sean lo mismo. Atentamente: Los comenta noticias de México.