Opinión pública

Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Más que nunca, hoy, la alcaldesa del
municipio de Díaz Ordaz, Nataly García Díaz, está más cerca de cumplir
uno de los compromisos con sus representados: Cambiar el nombre de esa
localidad.
En 2021, a su llegada al encargo, vía Morena, se fijó el objetivo de
promover iniciativa ante el Congreso del Estado, “para no llamarse como un
asesino”, dijo.
Prometió hacer una encuesta ciudadana para respaldar su propuesta, de
la cual se olvidó en el resto del primer trienio. Comenzó el segundo.
Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum y el Segundo Piso de la 4T
reconocieron la matanza del 68 como un crimen de Estado y pidieron
disculpas a los familiares de los muertos, el municipio fronterizo renace la
esperanza de llevar otro nombre y no el vergonzante que les heredó el
Gobernador Praxedis Balboa.
Hasta ahora fueron viejas iniciativas del PAN, PRD y Morena en sus
tiempos de oposición, que no progresaron por falta de voluntad política en el
prianismo.
Nataly tiene capacidad. Todo está que lo solicite a la 66 legislatura,
donde con seguridad le darán seguimiento.
Quiere regresar a su pasado, llamarse San Miguel de Camargo, San
Miguel de las Cuevas o simplemente San Miguel.
En marzo de 1968 los diputados aprobaron la emancipación de esa villa
o congregación. Le dieron calidad de ciudad con el nombre de San Miguel.
Pero un mes más tarde, por iniciativa de Balboa, el Congreso decidió
que se llamaría “Gustavo Díaz Ordaz” en reconocimiento al Presidente “por
sus obras sociales” que había realizado enTamaulipas. Su nombre quedaría
a perpetuidad a orillas del Río Bravo.
Unico municipio que lleva ese nombre en México, para algunos es
vergüenza. Hay ejidos en Sonora y Baja California.
Es el municipio más joven de Tamaulipas. La imposición se debió a
lambisconería del licenciado Balboa. Quería quedar bien con el Presidente,
con la complicidad de un congreso débil cuyos líderes fueron Cuca Perales,
Carlos Quintanilla (ex alcalde de Victoria) y el marsoteño Gumaro
Barrientos, entre otros.
Luego del bautizo, en octubre se dieron los hechos de Tlatelolco, lo que
marcó para siempre el nombre del poblano en el repudio popular.
Otras regiones de México comenzaron con modificar nomenclatura para
alejarse de la sombra de Don Gustavo, que desde hace más de medio siglo,
simboliza represión y muerte. El dos de octubre no se olvida.

¿Qué otro nombre por Díaz Ordaz? Corrieron versiones sobre el
reivindicado Catarino Garza Rodríguez, pero serán los residentes de allá
mismo los que tomen la decisión ¿no le parece?.
Proyectos hay muchos. El Congreso recibió iniciativa para que
Matamoros se llame “Heroico Matamoros”.
No pocos municipios han renovado, como El Mante, antes Villa de
Juárez; Horcasitas, hoy González (en honor del ex Presidente); Casas,
antes Croix; Xicoténcatl, que fue Villa Escandón; Villa de Aguayo, hoy
Victoria y así sucesivamente.
Es tiempo que Nataly organice a la sociedad y de una vez por todas
termine con la estigmatización de un pueblo que nunca pidió llevar esa
denominación. Quieren volver a sus orígenes.
Tema aparte, este lunes, el mensaje para los alcaldes fue muy claro: Ya
no habrá “auditorías de chocolate” (dulces). Los órganos de control,
Contraloría Gubernamental y Auditoría Superior, afilan el hacha.
La nueva moral, el no mentir y no robar deberá imperar en los
ayuntamientos y descentralizados, igual en los tres poderes. El que traicione
los principios de la 4T deberá atenerse a las consecuencias.
Lo anterior se deriva de la prolongada jornada de trabajo del Gobernador
Américo Villarreal y su gabinete legal y ampliado con los ediles. Les leyeron
la cartilla.
A la llegada del gobierno americanista, su equipo encontró que no
operaban las contralorías internas. Cada quien retozaba en el presupuesto
como más le convenía.
Lo primero que hizo Contraloría fue restablecer esas instancias para
vigilar que nadie meta mano a la canasta. Hay sancionados y juicios
administrativos por resolver.
La advertencia para los alcaldes fue completa: Deben elaborar Códigos
de Etica que guíen la conducta de sus funcionarios, habilitar sistemas de
control que obliguen actuar con integridad y decencia. Para ello estará
vigilante la Auditoría Superior.
Nada de borrón y cuenta nueva.
Para la 4T, en el nuevo rostro de la transparencia, “la mujer del César,
además de honesta, debe parecerlo”. La ciudadanía debe interpretar que
sus funcionarios actúan con honestidad.
El Auditor (Interino) Francisco Noriega Orozco dejó claro que se
terminaron las fiscalizaciones superficiales o simuladas. Y, lo más seguro,
es que será ratificado por los diputados. Este mismo martes iniciaron el
proceso, vía convocatoria, para nombrar al sucesor definitivo de Jorge
Espino Ascanio. Ya sabe cómo andan los expedientes y de qué pata cojea
cada quien.
Cero tolerancia para la rapiña y asaltos en despoblado al presupuesto a
que se acostumbraron algunos alcaldes.