DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.


Es costumbre hacer balances de gobierno; se hace al primer año, con el primer informe,
pero el mas significativo, es el sexto; es el balance final que en el caso de AMLO puede
calificarse como legado o herencia política. En principio hacemos notar que, en la narrativa
presidencial, su gobierno ha sido el mejor de todas las épocas; incluso, en algunos lugares
ya lo han propuesto como héroe y el, en lo particular, equipara a la 4T con la
independencia, con la reforma y la revolución de 1910.
El balance presidencial, en su narrativa, es extraordinario que, no sufre ni se acongoja, para
afirmar que nuestro sistema de salud no es igual al de Dinamarca, sino mejor. En los
balances, en todo caso, hay dos vertientes: las apologéticas y aquellas que nacen del
desacuerdo u que de plano son opositores al gobierno, es decir, apuntar las cosas buenas y
las cosas buenas. Siempre se dice, si le va bien al presidente, le va bien a México. En fin,
cada quien ve las cosas, los hechos, según el cristal de sus lentes.
LAS COSAS BUENAS.
Se pueden mencionar muchas, o varias cosas de forma positiva. La principal, sin la menor
duda, su apoyo económico a los adultos mayores, como pensión universal, para todos…
imaginen que Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego se anotan, están y tienen todo su
derecho. Se agregan los programas para los jóvenes, para los trabajadores. Y es que, nadie
lo olvida: todos los gobiernos anteriores presumieron programas sociales, que nunca
funcionaron porque se robaban el presupuesto.
Otro elemento fue el incremento al salario mínimo, como nunca se había visto. Se entiende
que, con esto, se fortaleció la capacidad adquisitiva de los trabajadores. Otro elemento es
que, pese a los vaivenes de la economía, no se padeció una brutal inflación o una
devaluación como había sucedido en otros sexenios… y es que, un día y otro también, el
pronostico es que la economía colapsaría. Ni como negar el impulso al desarrollo que
imprimió al sur del país, mas con sus obras emblemáticas como el Tren Maya, construido
pese a todas las oposiciones y alegatos.
El hecho, irrefutable, es el porcentaje de aprobación con que termina su sexenio: el 60% y
solo se explica, por su apoyo al pueblo, por su discurso, una narrativa en favor de los
pobres y exterminio del poder de la mafia, por larga carrera política cuyo mensaje fue
minando al poder establecido y, se entiende, por el fracaso de la oposición para revertir o
nulificar las decisiones y acciones del presidente.
LAS COSAS MALAS.
El recuento de las acciones de AMLO que provocan reclamos, quejas y acusaciones de la
oposición son muchas. No se cansan de repetir que es un mentiroso, hasta dan cuenta de
estudios y análisis de mentiras expuestas en “Las mañaneras”, porque en muchos de los
casos no hay sustento, solo sus “yo tengo otros datos”. También se le recrimina su

proclividad a esconder los datos, a soslayar la rendición cuentas y evitar, en todo lo que
pueda, la transparencia y el acceso a la información. Por eso, si, por eso no quiere a los
órganos autónomos.
Un reclamo mas tiene que ver con la forma de gobernar: debe gobernar para todos los
mexicanos, pero el, en la práctica lo hizo únicamente para sus seguidores; a la oposición
nunca la vio, ni la escucho y eso que se ostenta como un “demócrata”: no acudió a la
Cámara de Diputados ni una vez, para no exponer dijo su investidura presidencial; y ordeno
que, entre otros, Delfina Gómez no compareciera a explicar los alcances del programa
educativo. Y, vamos pues, los militares y marinos hicieron lo mismo: si no va el jefe,
nosotros menos, es lo que debieron pensar.
Una de las cosas que mas se le reprocha es su slogan de que “No somos iguales”, por eso la
premisa de que en MORENA no roban, engañan ni traicionan al pueblo. Y en los hechos, al
menos en los que han participado algunos de sus cercanos colaboradores, se pone en
entredicho la honorabilidad, seriedad y responsabilidad, puesto que hay evidencias de
corrupción, de nepotismo, simulación, entre otras cosas… tengo amigos que, de ser sus más
fieles seguidores, están contando los días para que se convierta en un expresidente.
LEGADO POLITICO.
Lo mas importante es el legado político: un partido en el poder, con una estructura hasta
para ir definiendo las sucesiones hasta en dos sexenios. MORENA va a durar en el poder
quizá más décadas que el PRI. Y esta tan seguro de que su legado esta “asegurado”, que ya
hasta renuncio a su militancia partidista… por cierto, algo parecido hizo la presidenta
electa, porque asegura, va a gobernar para todos los mexicanos… Por lo pronto Andy
López, ya tiene la certeza de que, tarde o temprano, seguirá los pasos de su papa.