DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASILLO.
En nuestro país los presidentes duran 6 años, ya si luego ajustan la Constitución, para la
reelección ya será otra historia. Por lo pronto, son seis años en que, quien detenta la banda
presidencial es poderoso: porque tiene la facultad y recursos para atender las necesidades
de la población. Ser el presidente, tener esa investidura, es la oportunidad que tiene un
individuo para gobernar a su estilo: y eso, quiérase o no, es lo que hizo Andrés Manuel
López Obrador… hacer sentir, a tirios y troyanos, el poder presidencial.
AMLO desde su llegada al poder tuvo en mente una idea, una fijación: hacer sentir a medio
mundo su poder y empezó con los empresarios: les cancelo el aeropuerto como una forma
de decirles, tienen que doblegarse, porque la economía no puede estar por encima de lo
político; y a la oposición, la aniquilo, no la vio, ni la escucho y es que, además, el siempre
tiene otros datos: el domingo nos dio uno más, que nuestro sistema de salud no es como
Dinamarca, que es mejor.
REPARTIR BENEFICIOS.
Todos los presidentes, priistas, panistas o morenistas, siempre tienen una constante común:
repartir beneficios, se entiende que a la clase mas pobre. Pero también, repartir beneficios a
las entidades federativas o darles vida a obras emblemáticas, en este caso el AIFA, el tren
maya, la refinería Dos Bocas, entre otras. De esta manera cada presidente fue ganando, o
perdiendo (según sea el caso) bonos o popularidad. En este sentido, ale consignar que
AMLO a menos de un mes de que se vaya a su finca, tiene el 63% de popularidad.
El presidente AMLO repartió beneficio a los pobres; la mejor evidencia son los programas
sociales. Y los pobres, que son fieles, le brindan su apoyo; es parte de la estrategia de su
popularidad. Sin embargo, hay un detalle incuestionable: el presidente AMLO no tiene la
costumbre de darse baños de pueblo, cuando se ha presentado la oportunidad afirma que no
lo hace, por temor a que lastimen la investidura presidencial que ostenta. Tiene miedo a las
rechiflas, los abucheos o los reclamos que puedan hacerle… siempre dice, que, para no
darle oportunidad a los conservadores, que son sus enemigos.
LA INVESTIDURA PRESIDENCIAL.
Recibir la banda presidencial transforma a una persona: de ser un simple mortal se
convierte en el presidente de todos los mexicanos. Y a AMLO lo cambio por completo:
actuó como un presidente que no atendió, por decir, a la separación de poderes: nunca
acudió a la Cámara de Diputados, siempre puso un pretexto e, incluso, dio las instrucciones
pertinentes para que sus colaboradores no acudieran ante los representantes del pueblo.
Siempre, la explicación, es que no podía permitir que su investidura fuera lastimada.
Tampoco se dio baños de pueblo, con todo y que en sus eventos se lleno una y otra vez el
zócalo con la gente del pueblo; cuando el ciclón daño a Acapulco nunca fue: fue, es cierto,
a las instalaciones militares, a recibir informes, pero nunca fue al lugar de los daños. Ahora
que Chalco se inundó, que duro días y días inundado, solo dijo en su mañana 15 días
después, que ya estaban atendiendo el problema el estado, así como los militares, la marina,
protección civil, entre otros.
POPULISMO POLÍTICO.
Cuando inicio su gobierno, para ser congruente con su política de ahorro franciscano, le dio
por viajar en avión comercial, con todo lo que ello implica. Así fue, hasta que de pronto, se
hicieron publico que al llegar al aeropuerto recibía reclamos y no se diga al abordar o en el
avión mismo. De pronto, dejo de usar avión comercial y viajaba de un lugar a otro en
aviones militares. Y ya anuncio que, al ser expresidente, vivirá en su rancho La Chingada,
que se dedicará a escribir, y que ira a la CdMx a ver a su hijo… y si la presidenta le llama.
Primero los pobres fue la divisa; ahora, es que el pueblo manda, y que el pueblo les dio
mayoría legislativa, manga ancha pues, para hacer un deshacer. Y en nombre del pueblo, es
como esta terminando a tambor batiente su gobierno: pronto, en menos de un mes,
entregará la banda presidencial y se convertirá, por ese acto, es un ciudadano más: ya no
tendrá el poder que da, vaya pues, la investidura presidencial. Va a tener, si se lo permiten,
un poder de facto: el que le concedan los resortes del poder que, sin ser presidente, podrá
usar para convertir a la presidenta en un florero.
ANIMAL POLITICO.
AMLO ya dio muestras de que es un animal político y, por otra parte, sabemos que el poder
es adictivo: elementos que han servido para especular que no se quiere ir, que va a estar
metiendo mano en la medida que pueda. Pero…. Al igual que el, otros presidentes buscaron
trascender el sexenio y pagaron caro su osadía. Los expulsaron, los enviaron de
embajadores o pusieron, como ejemplo, a sus familiares en prisión. Así que, esperemos
pues, que sucede a partir de octubre 2024.