Por José Gregorio Aguilar

Las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia por Covid-19 a las actividades consideradas no esenciales arruinaron el negocio de las florerías ya que por segundo año consecutivo prácticamente ya se perdió la temporada alta según aseguró Julio Meade.

El comerciante reafirmó que el panorama que se vislumbra para este 1 y 2 de noviembre, es negro; las florerías están tronando porque no hay ventas y según sus propias palabras, los que se dedican al comercio de las flores están sobreviviendo de milagro.

“Veo un panorama muy negro, no solo para mi sino para todas las florerías en general, muy decepcionante, estamos tronando, no hay venta, estamos sobreviviendo de milagro, es bien difícil”.

     La situación empeoró justo cuando se restringieron y limitaron los servicios funerarios además de que, como se recordará, el año pasado cerraron los panteones una semana antes y permaneció así una semana después del Día de Muertos, causando un fuerte impacto económico para los comerciantes que solo vendieron un 20 por ciento del producto.

“Más que nada viene desde el año pasado una semana antes y una después de día de muertos estuvo cerrado y nos vino a amolar porque no hubo ventas, solo un 20 por ciento”.

Para Julio Meade, en Victoria no hay recuperación económica, menos para los vendedores de flores o para las empresas funerarias ya que al ser considerada una actividad no esencial, ha sido de las más castigadas y son de las pocas que se mantienen con restricciones y limitaciones exageradas.

Al respecto, criticó que el Comité Estatal para la Seguridad en Salud apruebe decisiones como aperturar las playas o la realización de la Feria, en donde se esperan 15 mil personas diarias, mientras que a una funeraria no les permitan abrir su horario normal y les sigan limitando mucho la afluencia de personas

“La recuperación económica solo tú lo dices porque en realidad todos estamos tronados los comerciantes, no hay recuperación, los velatorios están jalando un mínimo de su apertura, unas dos o tres horas y unas diez gentes y vámonos. En San José solo una capilla está funcionando y da servicio una o dos veces a la semana nada más”.