CUADRANTE POLITICO——-
POR: FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO—
Durante varios años el Coordinador General de Programas para el Desarrollo del gobierno obradorista, Gabriel García Hernández lo protegió contra viento y marea, a pesar de las denuncias ciudadanas en su contra.
Pero hoy, las cosas han llegado a su límite, de ahí que de acuerdo a una insistente versión generada desde Palacio Nacional, se sabe que es inminente la renuncia del Superdelegado federal en Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal.
De acuerdo a la teoría del filosofo perspectivista José Ortega y Gasset, los aspectos subjetivos del hombre no definen absolutamente nada. Y todo se explica por la realidad que nos rodea, de manera que si queremos conseguir determinado objetivo, lo que debemos hacer es modificar esa realidad. “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”, decía el intelectual español de mediados del siglo XX.
En el caso específico del célebre JR en Tamaulipas, las circunstancias primero lo señalaron, posteriormente lo evidenciaron y hoy están terminando por hundirlo, en sus nexos filiales con la familia sexenal, que hoy es objeto de fuertes acusaciones desde la Fiscalía General de la República.
De manera que el proyecto de la sucesión gubernamental en el 2022, que José Ramón algún día soñó, y que incluso llegó a utilizar los programas sociales a su cargo para promoverse entre las comunidades urbanas y rurales de Tamaulipas, hoy forman parte de una historia fallida, que junto con la aventura política de las elites azules han fracasado.
En la 4T, los grupos obradoristas de todas las regiones de Tamaulipas, le hacen el fuchi a quien un día se sintió en las nubes del asistencialismo social, cabalgando en el alazán del gobierno de la república. Incluso quienes un día buscaron tomarse las fotos con el quisquilloso funcionario reynosense, hoy inventan cualquier pretexto para alejarse de él.
Resulta curioso que, el derrumbe político del JR se inicia ya en serio, justo cuando se produce el punto de quiebre entre el gobierno cabecista y la administración federal de Andrés Manuel López Obrador.
A partir de ahí, se sabe que desde el centro del país, se le pidió al JR una definición clara y contundente, en su relación con sus jefes políticos de la 4T, y el gobierno estatal panista de Tamaulipas.
Pero lejos de demostrar ser digno depositario de la confianza presidencial, el superdelegado guardó silencio, evidenciándose en su ambigüedad y dándole la espalda al gobierno federal. Mostrando deslealtad. Traicionándolos.
El JR fue sometido por las circunstancias a una presión que lo colocó ante la disyuntiva de optar por el partido y el gobierno que lo había encumbrado política y administrativamente hablando, o bien por sus consanguíneos de primera línea, en la monarquía azul. Optó por la familia. De sus parientes tanto políticos como biológicos jamás se desligó.
Hoy el JR trata desesperadamente de recuperar terreno, pero ya no le es posible. Incluso ha llegado al ridículo de publicar una foto del año del caldo, donde él figura acompañado de los principales personajes de la Cuarta Transformación en Tamaulipas.
Pero esta fotografía tomada desde antes de la pandemia, donde todos aparecen sin tapabocas, en lugar de granjearle reconocimientos, lo único que le ha provocado son sarcasmos y comentarios adversos, haciéndole ver que, con este tipo de recursos no engaña a nadie. Y es que todos en la 4T, saben que a estas alturas nadie de MORENA quiere que se le ubique junto a Gómez Leal, por sus nexos con el cabecismo.
Ya ara concluir este tea les diremos que desde la Oficina del Poderoso Coordinador federa de asistencialismo obradorista, Gabriel García, se sabe que, solo están esperando que pase la elección de este seis de junio, para llamar al JR a la ciudad de México, y darle las gracias por sus servicios.
Para quienes están bien enterados en las alturas de la 4T, no hay ninguna duda de que el JR ya tiene un pie afuera de la administración federal obradorista.
Se le acabó el teatrito a Gómez Leal. Finalmente se descubrió que siempre estuvo trabajando de la mano del gobierno panista en nuestro estado. A pesar de que a sus padrinos de la CDMX siempre trató de engañarlos con el garlito de que él y el ejecutivo estatal, estaban peleados.
Algunos tal vez lo vean como una baja colateral de la terrible guerra entre el centro del país y la marca Tam. Pero para otros, el JR ha jugado un doble papel como espía a favor de la causa panista.