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Por: José Ángel Solorio Martínez.-

Lady Garnachas, se siente desde ya, alcaldesa de Nuevo Laredo, Tamaulipas. Rechaza sumar aliados, bajo el pretexto de que “ya está ganada”. Es decir: se ha ensoberbecido, sin lo elementos necesarios que sustenten ese pecado que en política suele ser capital. De otra forma: su tozudez, no es saludable terquedad; es sí: pequeñez de mente y de perspectiva.
Lady Maromas, sin hacer mucho aspaviento, sabedora de que el escenario se le complicó ante la caída a plomo de las simpatías de su nuevo partido, el ascenso de las preferencias ciudadanas hacia MORENA y el debilitamiento de sus fuentes de financiamiento, hace alianzas con dios y con el diablo.
Lo que Garnachas, presume; Maromas, estratégicamente esconde.
Más mecateada en el oficio de la política, la ex priista, sabe que nadar de muertito en tiempos turbulentos, paga. En tanto, la ex priista y ex panista y morenista de nuevo cuño, cree que la elección se gana desde las redes sociales festinado un triunfo lopezobradorista adelantado.
La fragilidad de la hija de la leyenda, como ella se autonombra, es la ausencia de estructura territorial. Se augura que apenas logrará cubrir un 40 por ciento de casillas –del cual, apenas un 10 por ciento podría ser evaluado con la destreza necesaria para cuidar el voto– y se afirma, que más del 20 por ciento de esa débil urdimbre, responde a los intereses del PRI o del PAN.
Por su parte Maromas, sin estridencias, aceita lo que resta del PRI en movimiento al tiempo de amacizar los grupos panistas que se oponen a MORENA. A ello, suma la retícula de autoridad en las zonas populares.
Garnachas tiene dos ingredientes cargados de árnica (desaparece las bolas musculares). Su esposo, que –muchos testigos hay, de ese asunto– con celos patológicos retira a posibles compañeros de viaje y el ex perredista, Jorge Valdez que cuenta con elevadas dosis de repulsa social en ese puerto fronterizo.
De hecho: son los más sólidos factores de contra-campaña, con que cuenta Garnachas.
Maromas, por su parte acaso no cuente con un potente comité de campaña, pero no arrastra con pesos muertos como su colega Garnachas.
Grande la responsabilidad de Lady Maromas.
Si cae Nuevo Laredo, cae Tamaulipas.
Ancha la tarea de Garnachas: seguir en la diletante ingesta de frituras, y surfear entre la charlatanería de Valdez y las reiteradas escenas del Otelo fronterizo…