Estuviste conmigo un buen tiempo, fuiste mi compañero inseparable, de día te sentía y por las noches tu intensidad me enloquecía. 

La alborada me sorprendía contigo, cansada, ojerosa y casi sin dormir, con mi almohada de testigo que no había sosiego desde tu llegada. 

Tu fuerza me dejaba sin voluntad, por las madrugadas tu rudeza hasta me hacía llorar y poco a poco te comencé a odiar. 

Te convertiste en sufrimiento que al precio que fuera y aunque me doliera en el momento deseaba arrancarte de mi vida.  

Una noche ya no pude soportarte mas, te confieso, las píldoras ya no funcionaron, era el momento de encontrar quien te apartara de mí. 

No estaba dispuesta a seguirme yendo contigo todas las noches a la cama, era más grande la molestia que me dabas que para lo que realmente ya me funcionabas. 

Ya no soportaba tu presencia, la última noche que pase contigo no deje de pensar en llamar al hombre que de mí te arrancaría. 

Recuerdo que las horas pasaron lentamente y de madrugada a ese hombre le llame para decirle que le necesitaba sin importarme que a su esposa despertaba. 

Nunca espere tan ansiosa el amanecer para correr a encontrarme con el hombre que me ayudaría a olvidarte, que de ti no dejaría ni el recuerdo, sabía que me reclamaría el haberte permitido estar conmigo tanto tiempo y arrebatarme la calma, el sueño y el aliento. 

Era mucha mi urgencia de encontrarme con el hombre que de mi te arrancaría, pero como él sabía mi necesidad se daba a desear.  

Por fin una llamada, me indicaba la hora del encuentro, me decía que tenía tiempo para mi sin interrupciones, que pendía todo su empeño para atender mi necesidad y yo te comenzara a olvidar, sin pensarlo corrí para encontrarme con quien cambiaria dolor por placer. 

El encuentro fue intenso, no tengo queja es un maestro, sabe hacer las cosas bien, aunque minutos más tarde me dijo que otro le auxiliaría. 

Minutos más tarde otro hombre llego, me miró fijamente y me dijo que despojara de mis miedos, me recostara y en sus manos me abandonara, Claro que para él no fue sencillo ya estaba muy lastimada. 

Cierto es que no quería quedarme sin ti pero ya no tenías remedio, ocasionabas mucho dolor y generaste una maldita pulpitis que en hizo sufrir, ahora sin muela pero puedo tranquila dormir gracias al Dr. CARLOS VOGEL Y MARCO BORREGO. 

Esto paso hace algunos ayeres pero lo recuerdo hoy Día del Dentista, FELICIDADES a todas y todos los dentistas.