ORBE…

Por: Ma. Teresa Medina Marroquín.-

La política electoral tamaulipeca transcurre entre tantas versiones y escenarios, sobre todo cuando que los aspirantes del PAN ya registraron sus candidaturas a las alcaldías y diputaciones de nivel local y federal.

Desde los rumores vueltos realidad en Nuevo Laredo, Reynosa y Victoria, las tramas conspiranoicas, supuestamente “inéditas” y apariciones de culebrones diseñados por la oposición, el objetivo a vencer es sin duda el panismo posicionado en el poder a partir de 2016 con Francisco García Cabeza de Vaca.

Las camisetas azules donde recién se enfundaron Yahleel Abdala y Óscar Almaraz detonaron algunos pánicos ocultos de la oposición estatal, que no sólo ambiciona todo el poder en manos del PAN, sino que tiene un verdadero pavor a perder la mayoría de las 500 curules en la Cámara de Diputados, con lo que Andrés Manuel López Obrador quedaría a merced del partido que preside Marko Cortés.

EL PECADO QUE SEÑALAN LOS FARISEOS

Pero mientras los panistas (viejos y nuevos) comienzan a presentarse públicamente como ya lo hacen Arturo Soto y Óscar Almaraz, anunciando que entre ellos no existen diferencias generadas en el pasado, en los sótanos  de Morena las cosas parecieran a punto de estallar.

Y es que ni en el PRI que evidentemente tiene mayores desventajas que Morena las cosas se ven tan complicadas, con la excepción de lo expresado por Edgar Melhem Salinas de que Almaraz tenía ya dos años operando para el PAN.

Un cambio, el del ex alcalde de Victoria, que no es desconocido en este país, donde el éxodo de políticos de un partido hacia otro es una práctica común desde hace muchos años.

Como incluso que en el 2006 un Gobernador priista de Tamaulipas haya acatado disposiciones de Elba Esther Gordillo, entonces lideresa nacional del SNTE, para que el voto tricolor beneficiara a Felipe Calderón.

Tanto que hasta Pedro Cerisola, titular en esa época de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), le habría dicho en llamada telefónica a ese gobernador tamaulipeco que estaba muy agradecido. Incluso que se había “sobregirado”.

Y ya no digamos de un López Obrador que de ser presidente del PRI en Tabasco en el año de 1983 (hace 38 años), luego lo sería en el PRD, fundando finalmente Morena con cuyas siglas alcanzó la primera magistratura del país.

¿Pensarán básicamente en Morena que atacando al partido en el poder en Tamaulipas, les redituará buenas ganancias electorales?

Pues mientras se confirma esa versión, lo que sí es grave es que descuidan la armonía que ya se convirtió en tremendo altercado entre los fundadores de este partido en Tamaulipas, con los que ahora lo controlan desde la Ciudad de México.

Como quien dice, el agua y el aceite no se mezclan, lo que a la postre echará a perder la presunta política triunfante de la que recientemente alardearon en Tampico, con la visita de su dirigente nacional, Mario Delgado.

LOS PROYECTOS SOCIALES SON LO IMPORTANTE

Pero punto y aparte de las disputas entre partidos y grupos de poder, lo que todos esperamos son las propuestas y no los pleitos que tanta difusión se les da en las redes sociales. Ese desgarramiento entre políticos es lo que infinidad de ciudadanos esperan pueda ser superado con innovaciones que atraigan el progreso.

Estamos de acuerdo en algo de pasión y desavenencia, pero no en que estos períodos se conviertan en prolongadas épocas oscuras donde la competencia es lo que menos sobresale, sin que nadie nos recuerde que la democracia es la nueva identidad de todos.

Incluso hasta algunos “periodistas” danzan gustosos como demonios en medio de los excesos, chismes y trifulcas, amarrando navajas al punto que luego ni los contrincantes dijeron lo que luego fue causa de una guerra.

Y así se vienen encima las cosas donde las magnitudes de los fenómenos (pobreza, violencia, corrupción) continúan caracterizando a una sociedad atrasada, alternando con una política electoral exageradamente costosa.

¡Feliz miércoles! 

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