“Pues que ya están lista la banda de los chalecos rojos”, exclama un operador político en una mesa de restauran al norte de la capital tamaulipeca, “Ya no es banda, ahora es bandita, ni para candidatos alcanzaron, ya viste los que traen, puro chiquitiaje”, le contesta su compañero.  

Continuaron su amena plática sin interesarles quien los escuchaba, quizá lo hacían a propósito o tal vez su soltura hablando del partido que tanto les dio, el PRI, es porque ya están más allá del bien y el mal, están fuera de la actividad política que un día les dio poder, fama y fortuna y ahora dicen dedicarse a la catedra.   

La verdad tienen razón, el PRI ya no es el mismo, 4 años le bastaron para caer hasta del ánimo de muchos que antes, fuera quien fuera el candidato, le seguían. Claro está que la situación que vive el tricolor en la entidad no es culpa de EDGAR MELHEM, para cuando él llegó el partido ya estaba desahuciado, ahorita solo le resta tratar de mantenerlo con vida.   

Lo peor es que ni siquiera para tener buenos candidatos les alcanzó, la mayoría es de medio pelo, salvo sus excepciones como es el caso de ENRIQUE CARDENAS o PEDRO LUIS CORONADO.   

En territorio tamaulipeco son contados los candidatos que representan con dignidad al PRI, pocos cuentan con capital político o económico para dar lustre al Partido, el resto parece ser son de relleno, o lo que hay, pero igual saldrán a corretear votos con sus chalecos rojos aunque muchos de ellos no tienen asegurado ni siquiera el voto de confianza de sus familias.  

Por ejemplo, en Nuevo Laredo la candidata a la presidencia municipal CRISTABELL ZAMORA, no servirá ni siquiera para terciar la elección y quizá ni regidurías obtengan, era mejor candidata MONICA GARCIA, pero bueno, como dijera la nana Goya, “Esa es otra historia”.   

El caso es que priistas de tiempos idos afirman que la mayoría de los candidatos del tricolor son chiquitos, que no tienen estatura para salir a una batalla electoral tan importante como la que se avecina. 

Aun así, se verán algunos chalecos rojos en territorio, aunque solo sea para colorear el espacio porque entre los candidatos hay personajes que no creen ni siquiera en ellos mismos, se minimizan solos y se quedaran chiquitos, como el diminutivo de sus nombres o alias que decidieron utilizar para campaña electoral.  

Mire, estudiosos del comportamiento humano aseguran que las personas que prefieren utilizar un alias en lugar de sus nombres, como aparecen en sus actas de nacimiento, es porque no están a gusto con lo que son, reniegan hasta de su origen, y en ese tenor andan varios candidatos tricolores.  

Para muestra ahí tiene usted a dos en la Capital Tamaulipeca, uno es ALEJANDRO MONTOYA, que prefiere venderse como ALEX, sin darse cuenta que el ALEJANDRO suena mucho más fuerte, con más carácter, impone, suma o ya de perdido se recuerda, puede ser un buen muchacho, sin cola como él dice, pero la realidad es que si de por si no trae capital político o económico para una contienda con su diminutito Alex estará peor.    

La otra es MARIA EDILIA FILIZOLA, bueno, ella elige llamarse ELLY y la verdad no le servirá de mucho que digamos, es más, al Partido Revolucionario Institucional como candidata no servirá de mucho. ALEX y EDILIA son, como dijera el priista en retiro, chiquitiaje, es decir, candidatos chiquitos.