Seguramente el título, ángel o demonio, inmediatamente lo llevó a imaginar que se trata de uno que otro aspirante a candidato, si, de esos que hoy dicen serán los ángeles guardianes de la ciudadanía pero que es un hecho apenas lleguen al poder se convertirán en verdaderos demonios capaces de vender a su pueblo al ver el brillo de las monedas. 

A esos demonios será el pueblo el que los mande al infierno, que les ubique en su justa dimensión, porque la verdad es que ya no engañan a nadie. Aunque se dibujen hasta sonrisa angelical para ganarse el afecto de la ciudadanía en realidad son el diablo personificado, eso mucha gente lo sabe y es la razón por la que la frase de ángel o demonio inmediatamente se la ciñeron a dos o tres aspirantes a diputados o alcaldes. 

En tiempos de definiciones, el color del demonio es lo de menos, puede ser rojo infierno, que azul azufre o guinda endiablado, igual se mueven atizándole al fuego, se muestran como ángeles ante el pueblo y sus jefes pero se comportan como demonios tratando de calcinar los deseos de sus adversarios aunque sean hijos del mismo diablo. 

Pero bueno, de esos demonios que hoy andan desatados tratando de venderse como ángeles porque ya viene la elección, ya le hablaremos en otra ocasión.  

Hoy el espacio se lo dedicamos a esos ángeles vestidos de blanco con título de enfermeras o enfermeros, que ayer debieron festejar su día pero la mayoría por causa de la maldita pandemia no tienen ni siquiera tranquilidad en su día a día. 

Ayer 6 de enero celebramos el Día de los Santos Reyes Magos, pero también fue el Día de las Enfermeras y Enfermeros, de esos ángeles guardianes que ayudan a preservar la vida y a quienes en algunas ocasiones se les ha satanizado. 

Cierto, hay de enfermeras a enfermeras, y esa es la razón por la que a en ocasiones a esos Ángeles les llaman demonios que cambian de actitud de acuerdo a las condiciones del paciente y el sitio donde se encuentren. 

Y es que muchas veces se han encontrado en clínicas privadas a enfermeras que igual trabajan en instituciones hospitalarias públicas y su actitud es una en un lugar y otra muy distinta en otro, lamentablemente, pero por lo general son personas comprometidas con su profesión, la salud y vida de sus pacientes. 

Sea como sea, la verdad es que para llegar a este mundo requerimos del apoyo de un ángel vestido de blanco, enfermeras, claro aparte de las doctoras o médicos que nos atienden, durante toda nuestra vida, de una manera u otra, tenemos contacto con enfermeras y esa es una bendición. 

Razón por la que se debe valorar su trabajo de las enfermeras y enfermeros, más en estos tiempos en los que con todo y riesgo de contagio al estar en la primer línea de batalla contra el COVID-19 no se rajan. 

En fin, la situación es que fue el Día de la Enfermera, en las redes sociales se vieron algunas felicitaciones, pero seguramente en estos tiempos lo que más desean las enfermeras y enfermeros es que la gente les muestre gratitud siendo conscientes, cuidando de su salud, continuar respetando los protocolos para evitar contagios, que todos contribuyamos para que el maldito COVID no se siga propagando y así los ángeles de blanco puedan tener un poco de descanso. 

A las enfermeras y enfermeros que son parte de la vida misma de la sociedad, GRACIAS por existir.