Horas antes de la Noche Buena llegaron a México las primeras dosis de vacunas contra el COVID-19, en su aterrizaje a suelo mexicano hasta se esperaba que el canciller MARCELO EBRARD estuviera desde temprano en el aeropuerto cartulina en alto con mensaje de bienvenida. 

Aunque es mínima la cantidad de antídoto para la necesidad que se tiene, la llegada de vacunas significa un avance, ahora falta que las autoridades federales las distribuyan correctamente. 

Llegaron 3 mil dosis y aunque es un aliento de salud y vida, también entrarían los asegunes del cómo se hará realmente la evaluación de a quienes se les aplicara, pero se espera que sea personal de salud, sobretodo los que están en la primera línea de contagio. 

Nuestro país tiene una población de 25 millones de habitantes, 3 mil dosis, aunque son un avance, no son ni siquiera la mitad de la gente que atiende enfermos en los centros hospitalarios, razón por la que la gente se pregunta, ¿Quiénes serán en realidad los primeros beneficiarios? 

Porque aunque las autoridades federales hablaran de cómo sería su posible distribución y aplicación se tiene sus reservas, porque es muy posible que uno que otro encumbrado ya esté viendo cómo sacarles provecho política o económicamente en lugar de que se apliquen a salvar vidas. 

Pues la necesidad del pueblo por lo general es la oportunidad de bandidos. Ojala luego no resulte que hasta en el mercado negro se esté ofertando el antídoto contra el COVID-19, porque también eso puede ser posible, no sería extraño que reporten que se les perdieron lotes del antídoto, no sería la primera vez que suceda, que las autoridades “les pierdan” el rastro a las cosas peligrosas o de suma importancia. 

Basta recordar lo que sucedió con la llegada de las armas importadas del vecino país del norte en aquel fallido proyecto, rápido y furioso, se supo que el armamento llego pero no donde paro y quienes fueron los beneficiados. 

Quizá digan que son cosas diferentes, pero la verdad es que la industria y suministros de material bélico y farmacéutico son las dos fuerzas más poderosas que mueven intereses perversos del mundo. 

La salud, seguridad y paz siempre han sido los nichos de oportunidad para los poderosos a quienes lo que menos les importa es la vida de las personas, para ellos lo importante es lo que les reditúa. 

Más que la salud, seguridad o hambre de las personas lo que mueve a las industrias farmacéuticas y de armamento es el poder y control de los recursos, utilizan las guerras y pandemias para beneficiarse. De ahí la preocupación si realmente las vacunas que llegaron a México serán utilizadas de forma correcta. 

En fin, la situación es que ayer en vuelo especial de mensajería llegaron a nuestro país 3 mil dosis de la vacuna contra el COVID -19, ojala el antídoto sea el esperado, que funcione como se desea, además que se aplique y distribuya correctamente. Que beneficie a quienes realmente lo ameriten, claro, y que cuiden desde la ruta, almacenamiento, distribución y aplicación con estricto control, no vaya a ser que luego la estén ofertando en el mercado negro.