Reflector/ Gilda R. Terán.

Corría el año de 1910 cuando Don Juan Castillo, alfarero de profesión llegaba proveniente del estado de San Luis Potosí, acompañado de su familia a establecerse en esta ciudad capital, llegando a residir justamente en las calles Aldama y 20.

Y fue ahí donde fundó su casa taller de alfarería y así al pasar el tiempo  uno de sus hijos de nombre Salvador quien contaba con escasos 3 o 4 años de edad, le gustaba observar las largas jornadas del trabajos artesanales que hacia su padre, quien se daba la tarea de elaborar macetas,  esculturas, figuras en fin todo el arte en su creación.

Pareciera que en ese tiempo el pequeño Salvador   quisiera devorarse y grabar paso a paso todo el trabajo artesanal de su progenitor, pues no se perdía de vista para nada estas expresiones artísticas.

Y bueno con el paso del tiempo llegó a consolidar todo lo que vio y coadyuvó durante su infancia Don Salvador Castillo, quien hoy es un reconocido escultor y maestro de artes plásticas,  quien por más de 60 años instruye en sus conocimientos artísticos.

Que por cierto,  casi con 87 años a cuestas sigue siendo un promotor incansable del arte y la cultura, y siempre  acompañado de su compañera de la vida Olivia Malibrán, y a la vez también su alma gemela en estas  tareas de las bellas artes.

Y bueno ahora que se acerca una fecha memorable para los mexicanos el 2 de noviembre día de los fieles difuntos, no podían faltar sus ya famosas y tradicionales calaveritas  de barro elaboradas por el Maestro Chava.

Es ya una tradición  su exposición de calaveras de barro en su taller de arte y cultura del Aldama y 20, ahí podrá usted encontrar otros tipos de figuras también alusivas a esta fecha del “día de los muertos”.

No se pierda la oportunidad no solo de adquirirlas, sino también de deleitarse y reconocer el arte de este famoso y promotor de la cultura, quien se caracteriza siempre por su “don de gente “, su humildad y sencillez.

Y buen amable lector ahora que ya estamos en vísperas, del día 2 de noviembre, fecha que para algunos representa recordar a sus seres queridos que han partido ya de esta vida terrenal, recordemos el inicio de estas costumbres en México.

El Día de Muertos es considerado una de las tradiciones más representativas  de nuestra cultura mexicana, la cual se acostumbra celebrar  a partir del día primero de noviembre,  dedicado a todos los santos en especial a los “angelitos”, es decir niños fallecidos y el  2 de noviembre dedicado a los adultos difuntos.

Esta tradición se remonta a la época prehispánica y desde entonces es festejada a través de los diversos rituales por más de 40 grupos indígenas del país, una parte esencial de esta tradición es la visita a los cementerios.

Ya sea de día o de noche, las familias acuden en forma respetuosa  y colocan arreglos florales, velas sobre las tumbas para así  mostrarles a las almas el camino para regresar a casa.

Además de estas visitas es común que en las casas, edificios y espacios públicos sean colocados los altares de muertos, como reconocimiento a uno o varios difuntos, los elementos que se pueden encontrar en los altares de muertos son, el papel picado de colores,  generalmente de colores morado, rosa y naranja que simbolizan la unión de la vida y la muerte.

También utilizan las veladoras blancas, símbolo de amor que guía a las almas al altar, asi como flores, en especial  el cempasúchil que representa la tierra, además objetos personales del difunto y fotografías esto lo hacen en forma de homenaje.

Bebida y comida favorita del difunto, para que pueda disfrutarla en su regreso, incluyen el pan de muerto, tradicional de esta temporada, agua  natural para saciar la sed del difunto, y calaveritas de dulce comúnmente con el nombre del fallecido escrito sobre la frente.

La celebración del día de muertos es una mezcla de una devoción mística donde se conjuga lo religioso y lo pagano, el miedo y la burla, en fin a la muerte se le hacen canciones, humorismo blanco en caricaturas y “calaveras” en fin es toda  una tradición mexicana.

Nos vemos hasta la próxima.

[email protected]