ORBE…

Por: Ma. Teresa Medina Marroquín.-

Inevitable dejar de comentar el proceso electoral del domingo donde el PRI ganó en Coahuila los 16 distritos en juego, los cuales le darán mayoría en el Congreso Local.

Los restantes 9 escaños (para un total de 25) se repartirán conforme a la representación proporcional entre las diversas fuerzas políticas, conformando la nueva Legislatura de ese el tercer estado con mayor extensión territorial del país después de Chihuahua y Sonora.

Respecto a Hidalgo que celebró también el domingo la disputa electoral de 84 municipios, el tricolor (al parecer) se quedó con 32 ayuntamientos incluyendo a Pachuca y Mineral de la Reforma, dos de los más densamente poblados de la entidad.

Muchos que ya se les cuecen las habas preguntan si estos resultados donde Morena y PAN fueron a la baja en las preferencias electorales, trascenderán en las esperadísimas elecciones de 2021.

Y pese a la alegría desbordada con la que festeja esos triunfos el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas y su presidente en Tamaulipas, Edgar Melhem Salinas, la realidad del próximo año bien podría ser otra.

Y no porque Morena, como el principal derrotado, vaya a tener la capacidad de arrasar en las urnas como lo hizo en 2018 con el nombre impreso de AMLO en las boletas.

Tampoco porque el PAN (que se ve más organizado) se vaya a quedar cruzado de brazos para que siendo la segunda fuerza política nacional, el PRI lo degrade al tercer sitio, por aliado que sea.

Lo que sucedería es que en México el poder político comenzará a experimentar una redistribución del poder, que ojalá fuera así con la riqueza (aunque algo es algo) y el presupuesto para los gobiernos de los estados, sobre todo ahora que los mandatarios de la Alianza Federalista intensificarán las presiones políticas y legales contra el Poder Ejecutivo Federal.

EL RENCOR, LAS ALIANZAS Y EL POR QUÉ

No hay que ir muy lejos para entender que la redistribución del poder tiene que ver, en principio, con la dinámica de una democracia puesta a prueba por la sociedad.

No obstante, el que la mayoría de los actores políticos sean seres humanos de carne y hueso, con más defectos que cualidades, irá reubicando a todos los aspirantes en el contexto de la realidad. Y no importa que uno tenga más recursos que otro o más poder, pues lo valioso es su nivel moral y capacidad para resolver la problemática social.

Y tampoco porque hablen muy bonito o porque acusen al otro de corrupción sean precisamente intachables. Recordemos que hoy son los resultados los que hablan, más que el pueblo ha fortalecido su memoria y ha aprendido a guardar un poquito de rencor.

Rencor contra los “políticos” caradura que después de provocar tragedias, vuelven cínicamente a pedirle el voto al pueblo que defraudaron. Dudo que ese ciclo perverso se prolongue.

LO QUE AVISAN LAS ENCUESTAS

Relativo a lo que avisan los sondeos de opinión, se dice (según una encuesta recién difundida) que si el PAN constituye alianza con el PRI, PRD y MC, en tanto en el otro frente MORENA se alía con el PT, PES y PVEM la fisonomía de la Cámara de Diputados cambiaría notablemente.

Se anticipa que con los graves errores cometidos por AMLO, la irracionalidad de Alfonso Ramírez Cuéllar de dirigir MORENA a control remoto y la disputa  entre Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo, esa Cámara Baja dejaría de tener una aplanadora como la que ahora permite a López Obrador hacer y deshacer a la hora de promulgar leyes y reformar la propia Carta Magna.

La hipotética nueva mayoría quedará en manos del PAN que en alianza con PRI, PRD y MC podría sumar 284 curules, es decir, el 57 por ciento del poder que emana de San Lázaro.

Quedando sin mayoría MORENA, así como sus coaligados eventuales PT, PVEM y PES con apenas 216 diputaciones equivalentes al 43 por ciento, una diferencia considerable para los actuales 298 legisladores que conforma la alianza que encabeza el partido fundado por López Obrador.

¡Feliz miércoles!

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