Justo cuatro días antes de que arrancara el proceso electoral local, apareció una encuesta sospechosa, quizá hecha a la medida de algún personaje que quiere demostrarle a su partido que es garantía de triunfo.  

El sondeo que al parecer  tenía la intención de influir en la decisión para la elección de candidatos  fue realizada mediante llamadas telefónicas, con población objetivo hombre-mujer mayores de 18 años, tiene fecha de corte el 9 de septiembre y fue realizada por la empresa MassiveCaller. 

Supuestamente la encuesta tiene un mínimo margen de error, tan poco que ahí nace la duda, por ejemplo, el primer problema que se observa para tener tanta certeza es la calidad de los datos que se obtienen vía telefónica, por eso le digo, en muchas ocasiones parece que estos estudios son para generar ruido mediático  o tendencias políticas que luego se venden al mejor postor.  

El estudio sobre la intención del voto para elegir presidente municipal en los municipios de Altamira, Ciudad Madero, Tampico, Matamoros, Ciudad Victoria, Nuevo Laredo y Reynosa con un careo de aspirantes, con dudas o no, con sus reservas debe tomarse en cuenta para el trabajo de todos los aspirantes a un puesto de elección, por diversas razones, de entrada porque nos dice en que deben trabajar y hacerlo convenciendo a la gente no solo a sus amigos.   

Otra cosa, con todo y que las encuestas sea bien realizadas y sean buenas, no pasan de ser una radiografía de un momento, es un error que muchas veces quieran ser utilizadas para generar opinión por lo que también es un hecho que no influyen mucho el día de una elección.   

Vaya, definitivamente la mejor encuesta es la que se dé el día de la elección, los votos, y en estos tiempos aun en muchos partidos ni siquiera se tiene una definición de candidatos por lo que no se puede saber cuáles aumentarán en rechazo o en aceptación dependiendo las cartas que presenten.   

Insistimos, la encuesta parece hecha para algún personaje que quiere que su partido le vea fuerte, garantía de triunfo pero deben tomar mucho en cuenta que un segmento de las mismas dice, “si las elecciones fueran hoy”, es decir, aún falta para esa eventualidad y en unos meses, a veces hasta en unos días o en unas horas, todo puede cambiar.  Otro elemento que se tiene que checar es el asunto de la paridad que tampoco cuadra en la dichosa encuesta. 

Pero bueno, la situación es que el jueves pasado se publicó una encuesta que parece fue ordenada por algún personaje que desea que su partido le vea como garantía de triunfo ante cualquier opositor, pero la realidad es que le faltan elementos. Además es un hecho que en ese sondeo no son todos los que estarán ni están todos los que serán.   

Otra realidad es que sea quien sea el candidato de cada partido todo dependerá de las estrategias, el trabajo de los operadores, claro y la entrega del aspirante para llevarse la victoria, pero cuando se tiene el poder se puede responder en cualquier escenario, claro, si es que se quiere.   

Con el arranque del proceso electoral los ánimos suben, sin embargo  parece que es un hecho que en algunos municipios, al menos para el partido en el poder, ya los candidatos están definidos y no dependerá de lo que marque una encuesta, quizá hagan algunos cambios pero no serán porque lo determine un sondeo sino por la percepción que se tenga, el ánimo social para tal o cual personaje que a final de cuentas eso es más importante que cualquier medición pagada.   

Por lo tanto una encuesta previa al arranque del proceso solo puede servir para que se manejen nombres, donde hay quienes pagan para aparecer. Cualquier estudio o análisis puede quedar evidenciado, o peor aún, puede evidenciar a sus patrocinadores, quizá iniciadas las campañas sea bueno una real radiografía de cómo van y donde tienen que trabajar los candidatos, pero definitivamente  la verdadera aceptación o rechazo de los partidos y sus abanderados se dará el día de la elección. 

Mientras tanto los aspirantes deben tener claro que realmente ningún sondeo marca una definición  de candidatos ni tendencia al voto, y que el resultado de la medición  en las urnas es la única encuesta que vale.