Un duro golpe político, acaba de recibir  el gobierno obradorista, con la salida  de diez  gobernadores, cuyos estados, en cifras conservadoras suman más de 25 millones  de electores.  Solamente Jalisco de Enrique Alfaro tiene un padrón de más de seis millones de ciudadanos.  

Obviamente, esto no les otorga en automático, a los mandatarios estatales rebeldes  todo este capital político. Pero, de  cara al juego de vencidas por  la cámara baja, ya desde ahora, en la 4T, deberían ir tomando medidas sobre el asunto.      

  No necesitamos decir que uno de los más entusiastas organizadores de este poderoso frente de resistencia y de unidad opositora, en el país, es el gobernador tamaulipeco, Francisco García   Cabeza  de Vaca. 

   Recordamos que  fue  después de la reunión de San Luis, donde  Cabeza  se distinguió  por su  fuertes  críticas al gobierno lopezobradorista, incluso  el consorcio  mediático de Televisa, le dio, (¿o le vendió?), al gobernador  tamaulipeco, un largo espacio, en su noticiero estelar, donde  el  reynosense  leyó  una carta, en la que, acusó al gobierno federal  de pedir el apoyo, pero por abajo, llevar a cabo el golpeteo. 

  Posteriormente, durante la gira presidencial  de AMLO por el norte de nuestro estado, las cosas  se desbordarían, irremediablemente, con aquella lectura  del mandatario estatal, en la Mañanera tamaulipeca, donde ya de plano, le declaró la guerra, sin contemplaciones al Presidente. 

  A partir, de ahí  la estrategia aliancista  cobró mayor fuerza, hasta desembocar en la cumbre de éste lunes en la capital de  Chihuahua. Alguien tenía que ponerle el cascabel  al Peje. Me parece  que el capítulo cabecista en la reciente gira presidencial, fue un factor motivacional, para los nueve mandatarios restantes, que hoy le están declarando la guerra al Presidente. 

 Sobre este tema y otros  relacionados con la política interior, me parece que al gobierno del Presidente AMLO, le sigue haciendo falta un buen titular de gobernación. 

 La señora Olga Sánchez Cordero, es una magnífica  profesional del derecho, una  ex magistrada  brillante, pero no le entiende  a los nudos gordianos  de la guerra interna por el poder. Este y otros factores que iremos analizando, son la causa de que, la política interna del país, siga siendo  el Talón de  Aquiles del  actual gobierno de la república. 

  AMLO  no puede  conducir  al país, desde la Mañanera. No puede ser la república de un solo hombre, porque tarde o temprano, el desgaste  hará mella, en una institución presidencial, que está polarizando peligrosamente  el escenario político. 

  No sabemos cual vaya a ser la suerte  de la Alianza de diez gobernadores. La mayor parte de ellos, tienen en común, fuertes problemas  de carácter financiero, y  son blanco de los señalamientos  por parte de la federación, sobre temas de opacidad  y  gastos suntuarios. 

  Habrá que ver también, si la unidad que ahora presumen, logra mantenerse. Todo dependerá de que los diez demuestren  que su objetivo central de enfrentar a AMLO, sea mayor al de sus problemas específicos  y coyunturales. En el caso de Javier Corral, se decía que  no le entraba con los aliancistas, porque, buscaba que, el gobierno federal, enjuiciara a su antecesor Duarte. 

 Hay muchas cosas  aun, por verificar, en el tema de la alianza anti AMLO. Una especie de TUCOM, pero en este caso sería TUCAMLO. Para efectos de realidad, situaciones como la de este lunes,  demuestran que la oposición sí le está creciendo a un Presidente que ni suda, ni se abochorna. 

  Todos los gobernadores en rebeldía, medirán fuerzas  con el Presidente en el 2021. Los aliancistas saben que AMLO no les va a bajar la canasta del presupuesto  tan fácilmente. Y que tendrán que conseguir  ese dinero público, por la vía electoral, arrebatándole previamente a MORENA, (si es que pueden), la mayoría del Congreso. 

  En el caso de  Coahuila,  tendrá comicios  el 18 de octubre próximo.  Hasta cierto punto, dichas elecciones  serán  un interesante parámetro, para ver como se comporta el voto norestense, la región a la cual pertenece Tamaulipas. 

 No debemos pasar por alto que en el 2018, el voto de los norteños, fue el que le dio esa contundencia  de más de treinta millones de votos, al candidato presidencial de MORENA. Pero aquí en Tamaulipas, en el 2019, el PAN barrió  con el morenismo, aprovechando que, el abstencionismo electoral, casi llegó al 70 por ciento. 

 El 2021 tamaulipeco se presenta como la gran revancha, o el llamado tercer round entre  MORENA y el PAN, pero más específicamente  entre AMLO y Cabeza.  Acicateado por la pandemia, nuevamente, el fantasma del abstencionismo  tamaulipeco, sigue rondando.