Mis datos…

Por: José Ángel Solorio Martínez.-

Diré, lo que diré, ante amigos mexicoamericanos que trabajan un documental de nuestro recordado, Arnoldo Martínez Verdugo:
Arnoldo, fue uno de los pioneros en Latinoamérica, de la reorientación político-electoral de las luchas sociales de los partidos comunistas. Muy probablemente, si no la más exitosa, –habría que sumar como una feliz labor del PCCh, el haber llevado a Salvador Allende a la Presidencia de la república de Chile– sí una de las más exitosas.
Con la llegada de Martínez Verdugo, a la Secretaría General del PCM –1963–, el movimiento más y mejor organizado de la Izquierda mexicana, empezó a cambiar el destino de su ruta: dio prioridad a la lucha por la democracia, dejando en segundo término el llamado a la revolución (Eurocomunismo, le llamaron).
Su visión fue profética: quienes optaron por la vía armada, fueron derrotados por un  Estado que aún tenía residuos de legitimidad y una indiferencia ciudadana ante los esfuerzos y convocatorias de esos jóvenes valientes (retomo lo dicho por Pedro Salmerón).
Con su estrategia de dar preeminencia a los caminos de la participación electoral –aparte de evitar que cientos de jóvenes, optaran por la opción violenta para cambiar la sociedad– generó una vocación de participación política, perfilando al voto como la más vigorosa arma contra la desigualdad, el autoritarismo y la antidemocracia.
El 2018 esa larga marcha de Arnoldo, rendiría frutos.
Es una fortuna, que muchos de los que confiaron en aquella línea del PCM, hoy estén construyendo desde la legalidad y desde el gobierno, la IV Transformación: Pablo Gómez, Eréndira Sandoval, Martí Batres y Alejandro Encinas (Entre muchos otros).
Si algo hay que agradecer y reconocer a Martínez Verdugo, es su profunda mirada que avizoró el futuro promisorio de la Izquierda mexicana.
Otro dato: Arnoldo, fue el primer opositor mexicano, en llenar el Zócalo de simpatizantes –1979–.
Zócalo Rojo, se dijo en esa ocasión en que a plaza llena, llamó a votar por su candidatura a la Presidencia de la república bajo los emblemáticos símbolos de la hoz y el martillo.
Obtuvo, un millón de votos en esa contienda y 18 diputados federales.
Ese resultado, exhibió el potencial de la Izquierda como proyecto político en la arena electoral y achicó expresiones de los llamados a la estrategia armada para el cambio de régimen que llevó a la desaparición forzada y a la muerte a centenares de idealistas mexicanos.
Esa, sin duda, es la mayor y más grande herencia de Arnoldo: encarrilar la lucha por la utopía, a través del debate electoral.
Arnoldo Martínez Verdugo: comunista, precursor de la democracia moderna en México y Latinoamérica.