El reciente video,  difundido  por el Presidente estatal  del PAN, Luis  “Cachorro”  Cantú  Galván, donde según él, detiene su  camioneta, para “auxiliar” a una familia de reynosenses, que  tenían  su coche varado en la inundación, en lugar de favorecerle, le perjudica, porque lo muestra tal   como  es: con sus privilegios, ante un pueblo acorralado por la pandemia y por el huracán. 

  El Cachorro anda equipado con un impermeable texano, tipo gabardina amarilla, mientras que las familias afectadas andan en short y en camiseta.  El dirigente estatal del PAN, se detiene solamente para posar  para el video, dándole un ligero empujoncito a un coche blanco, atascado enmedio de la corriente. Es muy evidente el contraste de su ostentosa vestimenta,  con la sencillez y necesidades de los ciudadanos   

 Las cámaras encargadas de inmortalizar éste histórico episodio del heroísmo azul,  cuidaron de que  la estrellita  panista, luciera su mejor perfil.  Para muchos, esta locación del huracán en  Reynosa, sirvió para que Cantú  Galván luciera sus habilidades histriónicas  de rescatista light. 

  Y es que dicen que la situación  en la intención  del voto panista, está enviando señales  de alarma roja. De ahí que el gobernador Cabeza  de Vaca  le haya leído la cartilla al Cachorro, para que se ponga a trabajar, y no solo a andar rescatando náufragos políticos, como los alcaldes de Victoria y de Rio Bravo. 

 Pero el Cachorro Cantú no crece. Y por momentos, parece que, la sucesión interna panista, lo está rebasando por la derecha. Se dice que llegado el momento de las selecciones a cargos de elección popular, los pleitos intestinos en el PAN y las deserciones van a aflorar, pues hasta ahora Cantú Galván se  ha dedicado a cultivar a su club de admiradoras, pero no a fortalecer al partido.   

La situación, es la siguiente: la mayor parte   de los 700 mil votos obtenidos en el 2016, se han evaporado. Y la administración del capital político –electoral  en el PAN Tamaulipas, se torna incierto, ante el brutal enfrentamiento  con el gobierno obradorista. 

  Para algunos observadores,  El Cachorro, cayó en un angustioso protagonismo, pues  este fin  de semana, personajes cabecistas, como  el senador  Ismael y  el líder del Congreso Gerardo Peña, anduvieron prestando apoyo a los damnificados, pero a Cantú  Galván, ni siquiera lo pelaron. 

  Esta repentina aparición  del  Cachorro, en un alarde a todas luces oportunista, busca recuperar  sus bonos perdidos, después  de que  nada le ha salido bien. Se ha puesto a defender  a los peores alcaldes  del PAN, empezando por  el victorense  Xico González  Uresti.  

 Pero, ya que mencionamos al joven Presidente del Partido  Acción Nacional  en Tamaulipas, es hora de encargarnos de evaluar y analizar, que es lo que ha hecho con el cargo que le dieron desde el primer  despacho político  de Palacio.  

 Antes  de llegar a una conclusión, sobre  que tipo de actividad  ha desarrollado Luis Cantú al frente del PAN, hagamos un poco de historia, sobre  sus  dos inmediatos antecesores: Francisco “Kiko”  Elizondo, llega  después  de que, el PAN arrasa en las elecciones del 2016. 

 La dirigencia  del matamorense  Elizondo se caracterizó más que por el color azul, por el tono gris. Se vivieron tiempos  de estreñimiento político. Este hombre no tenía, ni siquiera la sonrisa completa. Digamos que, Kiko solo estuvo ahí para rellenar el puesto, porque los que realmente operaron para el panismo, fueron otros. En  el triunfo panista del 2019, el gran orquestador  fue Gerardo Peña. Pero también desde la Secretaría  General  de Gobierno,  se vio el estilo del “Truco” Verastegui. 

    Pero el gran héroe  del partido, digamos que el que le operó el triunfo a Cabeza de Vaca  en el 2016,  fue  Cesar Verastegui  Ostos, fue este personaje, originario del municipio de  Xico, quien comandó el hartazgo ciudadano, y  obtuvo  un porcentaje récord  de votos para su jefe y amigo. 

  Llegado el momento de integrar el gabinete azul, los adversarios internos del Truco, buscaron colocarlo en un espacio intrascendente. Algunos lo ubicaron  en la Secretaría  de  Desarrollo Rural. Pero Verastegui no se dejó, y  finalmente  el gobernador lo colocó  como su segundo de abordo, en la Secretaría General. Desde ahí Verastegui ha hecho un trabajo que ninguno otro panista se atreve a hacer. 

  El Truco se ha ganado  a pulso,  la fama de ser el rudo de la película, en el panismo  cabecista. Un panista de línea dura, pero con resultados efectivos. 

 Sin embargo, la actual dirigencia estatal  panista, en manos de un cuadro inexperto, aficionado a  la fiesta  y a la foto de  relumbrón,  no le está dando los resultados  esperados  a su jefe el gobernador. Y a como se están poniendo las cosas, creemos que el mandatario   Cabeza  de Vaca, va a necesitar  a  un dirigente  estatal  panista, de más carácter, experiencia  y personalidad, para que le saque adelante la sucesión.