Para quienes no están enterados  del seguimiento sobre el préstamo de los 4 mil 600 millones aprobado por la mayoría legislativa del PAN en Tamaulipas,  trascendió  que la  Secretaría de Hacienda  federal le acaba de solicitar por las vías formales  tanto  a  la Secretaría  de Finanzas , como al  Congreso local,  un cúmulo  de información  de carácter  técnico  y legal, misma que,  al parecer, ya  debe estar siendo debidamente  atendida  por el  área  jurídica de Palacio.

  Pero ahora nos enteramos que, no solo  se trata de  los  4 mil  600  millones, sino que ya desde  finales del 2018  e inicios del 2019,  la actual  administración estatal solicitó también un préstamo  por  3  mil  500 millones,  que estarían destinados  al tema de las video cámaras.

Este empréstito  solicitado por la marca Tam, con mucha anterioridad  al de los  4 mil  600 millones,  se sabe que tambien fue  atorado  por  la Secretaría  de Hacienda, presumiento que el documento adolecía de ciertas irregularidades, en materia  de procedimientos  y de técnica hacendaria.

O sea que en suma,  serían ocho mil  millones  aproximadamente,  los que,  el gobierno cabecista, no ha logrado  hacer realidad, y ahora  se dice que, el emprestito más reciente  de  4 mil 600  millones  ha sido congelado por los mismos motivos.

La  4T  asegura que,  no hay suficiente transparencia, aunque  los  representantes  del  gobierno tamaulipeco, aseguran que  todo está bien. Al final, todo parece reducirse a un juego de criterios  técnico- jurídicos. Pero lo cierto es que, se trata de una guerra  política sin cuartel.

Como ya lo comentamos anteriormente  en esta misma colaboración,  el citado caso del empréstito por  4 mil 600 millones  de pesos,  armado y operado  por  la cúpula cabecista,  bajo el argumento  de  contar con suficientes recursos para combatir  la pandemia, invocando motivos de carácter humanitario,  sigue  sometido  a  un  litigio que se presume será largo, ventilado  desde  el más alto tribunal de  las leyes mexicanas,  la Suprema Corte de  Justicia de la  Nación.

  En su momento, también  comentamos que paralelo  al  enfoque  jurídico-constitucional, que suele  darse en este tipo de escenarios,  gravita  e incide profundamente  también un móvil de carácter eminentemente  político. Esto quiere decir que, la 4T  y la marca Tam  del grupo en el poder tamaulipeco,  siguen trenzados en  una jugada de dos bandas, donde, por una parte, está  de por medio  el tema financiero. Pero  en el fondo, respira tambien la estrategia de  la guerra  político-electoral  del 2021.

  Por el momento,  el resultado que pueda tener  este enfrentamiento  de poder a poder,  no se puede predecir con exactitud, dado que todo podría depender  de los próximos  movimientos, por parte de los protagonistas del diferendo, que  en Tamaulipas  no tiene  un antecedente  histórico parecido.  Generalmente  los gobiernos  tamaulipecos  del PRI, en su momento  conciliaron y se llevaron hasta cierto punto bien  con los dos gobiernos federales  del PAN, encabezados  por  Vicente Fox, (2000-2006), y con  Felipe  Calderón, (2006-2012).

  No es el caso  de la actual administración  estatal  panista  y  el gobierno federal  de  Andrés  Manuel  Lopez  Obrador. Pero…¿Cuál  es el motivo  central, de estas discrepancias? Pues bien, nos parece que  el leit motiv de estas desavenencias  entre  el grupo azul del power tamaulipeco  y la llamada 4T, se  derivan fundamentalmente del cambio en las reglas del juego, establecidas  por  el  gobierno obradorista, en lo que se refiere a  la mecánica de manejo económico y presupuestal, incluyendo logicamente  los famosos préstamos crediticios  a largo plazo.

  Lo que antaño, siempre había sido un lugar común, en lo que se refiere a la manera como  los sexenios estatales  tamaulipecos  se hacían de recursos económico-financieros,  hoy  parece ser motivo de un fuerte pleito político entre  la 4T y el cabecismo.

En otros estados de la república, está sucediendo algo parecido. De ahí que el cabecismo  se haya aliado  con otros gobernadores, para darle la  batalla a la 4T, aunque  mientras que no logren ganarle  la mayoría  de  la Cámara de Diputados,  las cosas  seguirán  igual. Estamos hablando que  el tema de los  dos prestamos  cabecistas, se van a ir  hasta  el año próximo,  y dependerán  de los resultados  que se den en todo el país.

    En las alturas del gobierno obradorista,  se comenta que  los gobernadores  quieren una millonada  en préstamos, para  asegurar  su propia sucesión, que en el fondo constituye  su principal preocupación. Y la jugada central  de todos sus movimientos.

  En Tamaulipas, el 2021, como todos  sabemos,  está encarnado al 2022. O sea que , si los opositores logran doblar  a AMLO el  año que viene, y le arrebatan  la cámara de diputados, los mandatarios estatales, lo primero que harían sería  presionar para que les autoricen toda esa carretada de lana, que hasta ahora  se encuentra  suspendida.

    Esas  y no otras son  las coordenadas de la lucha por el poder en México, y en Tamaulipas en particular.