Por: Ricardo Hernández

En días pasados…

Miércoles, 15 de abril de 2020

08:25 a.m. Hoy termina este diario que comencé apenas el miércoles 25 de marzo. Es una casualidad que lo haya empezado un miércoles y lo termine ahora en un miércoles. Mi idea fue narrar durante cierto tiempo el acontecimiento sobre el problema del coronavirus desde una perspectiva personal, íntima, de cómo lo estamos viviendo en casa mi madre y yo.

Es cierto que existe temor, angustia, pero más que eso, lo que nos preocupa a mi madre y a mí es morir de hambre; lo que más nos angustia es no saber cómo iremos a reaccionar en dado momento que se empeore la situación.

Pero eso yo lo pienso mientras escribo, porque afortunadamente mi madre y yo nos tenemos uno al otro.

Ella con su experiencia de vida ha asumido una actitud positiva, madura, sensata; yo con mi preparación he asumido una postura de investigar cada duda con respecto al COVID-19 antes de pensar en el pánico, pues estar informado es la mejor arma ante cualquier enfermedad.

El gobierno federal ha insistido en quedarse en casa, en lavarse las manos, en usar cubrebocas, en guardar sana distancia, en no asistir a lugares masivos, en salir sólo para lo necesario.

Hoy escribo estas líneas, mañana no sé si yo vaya a existir todavía, pues todos los días se habla de muertes, de enfermedad, de pánico, de encierro.

Mi madre y yo casi no hablamos del tema, sencillamente lo estamos viviendo, le estamos haciendo frente con una mentalidad positiva.

Hay muchos sueños, quedan muchos pendientes sobre temas de viajes, de compromisos de trabajo.

Hay tantas cosas por hacer, pero Dios es quien nos puede dar el permiso de pensar, de imaginar y de soñar que algún día podremos hacer realidad nuestros más íntimos anhelos.

El diario se cierra aquí, este miércoles 15 de abril de 2020, se cierra en un día lluvioso y frío.

Me gustaría seguir escribiendo más páginas, pero fue planeado de esta manera, durante este corto periodo de tiempo, ahora digo que ya, que hasta aquí voy a escribir para cerrar las páginas de este diario.

Mi madre y yo nos encontramos gozando de buena salud, no sabemos qué pasará mañana, no sabemos que pasará después de que este diario se cierre.

Termino diciendo que Dios los bendiga a todos los seres humanos; que Nuestro Señor Jesucristo nos cuide y nos proteja de todo mal. AMÉN.

Así empecé el diario.

Dedicatoria

“A mi padre Dios, por darme la oportunidad de seguir respirando el perfume de la vida”

“Miércoles, 25 de marzo de 2020

3:54 p.m. Apenas hace un par de horas me desperté de un sueño profundo que ni ganas me daban de levantarme; no había terminado de dormir a mis anchas, supongo que si abrí los ojos fue por el olor a comida que había entrado por la puerta de mi cuarto.

Mi madre ya no tardaba en hablarme, la conozco perfectamente, siempre ha tenido esa especial atención, la de hablarme hasta que la comida está casi lista para sentarnos a comer juntos.

Esta vez el olor a comida era diferente de todos esos olores que durante muchos años sabían a ricos guisos, de esos que sólo mi madre los puede llegar a cocinar.

Cada vez que nos sentamos a comer, al probar un poquito de comida le digo: “Sabe muy sabroso”. Mi madre responde con un “Qué bueno que te gustó”.

Mi madre había preparado arroz con frijoles, y una salsa muy picosa; el detalle de la salsa esta vez sí se lo hice saber, un poco molesto le reclamé: “La salsa le quedó muy picosa”.

Ella se justificó diciendo: “No hay tomates”, luego trató de tranquilizarme: “Te voy a servir más frijoles y arroz para que los revuelvas con la salsa”.

En lo que comíamos juntos le comenté que en un restaurante un señor me había platicado su gran preocupación por el problema de la pandemia causada por el coronavirus.

Mi madre no quiso seguirme la corriente sobre el tema.  

A través de sus ojos se podía percibir también una seria preocupación.

Agregué a mi comentario: “El miedo es el principal enemigo del hombre”.

De los ojos de mi madre salió un brillo de optimismo.

Durante la noche anterior me había estado comunicando por teléfono con algunos camaradas, el propósito era saber sus impresiones acerca de este problema de salud que había afectado en gran porcentaje a China, Italia, España, Estados Unidos y México…”

¡Comparte la experiencia!