CUADRANTE  POLÍTICO…

POR: FERNANDO  ACUÑA PIÑEIRO.—

Mientras que  otras tribus obradoristas, han optado por  la mesura y la prudencia, en el trabajo político-partidista, del tema Tamaulipas, los monrealistas han ido directos al choque, lo cual, lejos de redituarles éxito, les  ha provocado el desgaste y prácticamente su anulación política.

Los monrealistas se describen a si mismos como los fundadores del obradorismo en nuestro estado. Esto obedece a que en sus tiempos de priista, Monreal anduvo por estos lugares, e hizo amistades con algunos  personajes de la vieja clase tricolor.  

Sin embargo, llegado el momento de firmar el pacto con López Obrador, muchos de estos monrealistas de coyuntura, se echaron para atrás, y se hicieron los despistados, pues no tenían confianza en que triunfaría AMLO.   

Caso contrario sucedió con liderazgos sociales,   como el del doctor Felipe Garza Narváez, quien no se identifica con ninguna corriente morenista en especial, pero tuvo el valor de renunciar al PRI peñista,  y se la jugó con el proyecto de AMLO. Otro que, se puede decir, más que monrealista, es un cuadro  que responde  directamente al Presidente  Andrés  Manuel  López  Obrador, es el tampiqueño  Rodolfo González  Valderrama.

Este hombre, de profesión sociólogo, es firme en sus planteamientos. No hace concesiones a sus adversarios políticos,  pero no es escandaloso, como Alejandro Rojas, mismo que ha llegado a decir que, quiere ser gobernador de Tamaulipas, lo cual  acaba, con la poca seriedad , que pudiese tener.

El que sí depende directamente de Monreal,  es  Javier Villarreal Terán, el mantense, que primero se echó en brazos de  Polevnsky, y luego  le coqueteo  al lider del senado, mientras tiene otro pie, en  el Palacio de gobierno tamaulipeco. A todas va. El Javo  busca también  la gubernatura, pero no ganó, ni el distrito de Mante.

El primer capítulo  del monrealismo morenista en nuestro estado, dio inicio en la víspera  de la elección presidencial.

Por esos días,  Ricardo  Monreal y su Secretario Alejandro Rojas Díaz Durán  arribaron a Tamaulipas, con la espada desenvainada.  Posteriormente, el triunfo del obradorismo en el 2018, los engolosinó a tal grado que, ya se sentían con el control de MORENA  en la bolsa, y con las candidaturas del 2019. Pero los hechos  posteriores, demostrarían lo contrario.

Ambos, no contaban con  el muro infranqueable de Yeidckol Polenvsky, cerrándoles  el paso, desde la cúpula nacional del partido. La lucha  entre ambas facciones fue encarnizada y cruenta.

La señora Polevnsky  impuso sus condiciones en MORENA,  y  la selección interna a las  diputaciones  locales, en 2019,  se dio de acuerdo a sus designios. En su momento se le acusó  de haber pactado con el PAN cabecista,  pero lo cierto es que Yeidckol estaba ensoberbecida, y creía que el efecto AMLO  la ayudaría a repetir la dosis del 2018.

La dama sufrió  un duro tropiezo. Quedó demostrado  que una elección federal, no es igual a una local. En el 2019,  el cabecismo arrasó con los candidatos morenistas.

Es a partir de esta decepción contra Yeidckol, cuando la corriente  encabezada por Bertha Luján  cobra  mucha fuerza en el estado. La estrategia del lujanismo  es inteligente, y  no se desgasta  en la lucha contra el panismo en Tamaulipas. Sin embargo, mantiene una hegemonía en MORENA y es dueña de los principales cargos públicos y políticos del obradorismo.

Hoy, en día,  el grupo de Bertha  Luján, tiene  una de sus expresiones de poder más  importantes  en el estado. De hecho,  Tamaulipas, es  su mejor plaza política en el país. Es  tan abrumadora esta presencia, que se cree ya desde ahora que el próximo candidato a  la gubernatura por MORENA, podría surgir de esta  corriente  berthista.

Y es que cualquier otro grupo obradorista que busque empoderarse, tendría que pasar sobre los lujanistas, situación que se perfila, bastante compleja.

En Tamaulipas, los  aliados de la Presidenta  del Consejo Político Nacional, Bertha Luján y con Gabriel García, superan de calle al resto de las corrientes morenistas.

Por ejemplo, ahorita lo que se ve venir, es que los llamados Marcelos, están buscando a como de lugar, apoderarse de MORENA, a nivel nacional, por la vía de la famosa encuesta, (misma que, como todos ya sabemos,  es un invento para ejercer el descarado dedazo). Pero aun así, de darse una dinámica de este tipo, al menos  aquí en Tamaulipas, la ganaría Bertha.

A los marcelistas, no les conviene la confrontación, porque saldrían perdiendo.  Si en  lugar de buscar el diálogo, tratan de imponer, podrían provocar  una nueva herida interna para el morenismo tamaulipeco pues  los poderosos aliados de la señora Luján,  buscarían explorar  planes B y C, en caso de que se viesen atropellados  en sus aspiraciones democráticas.  O  sea, a  nadie le conviene, un nuevo choque de trenes.

Este y no otro es el escenario que se avecina en nuestro estado: La lucha entre dos corrientes políticas,  aunque la primera, la de Bertha Luján, es la que ostenta  el control  del partido, y cuenta con el respaldo de las bases morenistas, legitimadas  por el Segundo Congreso Extraordinario.

La tercera  facción, la del monrealismo, integrada en su mayoría por ex priistas,  está a la caza de la coyuntura, pero se encuentra  lejos de tener el control del morenismo.  

Al llegar a este punto, la primera conclusión, es  que,  el juego de estrategias del morenismo nacional y estatal,  favorece al gobernador Cabeza  de Vaca, pues  sus adversarios, no han definido a  un ganador en su lucha interna por el control  del partido moreno.

Por otra parte, la corriente más adversa  al cabecismo, como es la monrealista, sigue aislada a nivel nacional, como una tercera en discordia, en la guerra por el poder interno.

En el momento en que  el monrealismo nacional,  se apoderase  de MORENA, en ese momento, se activarían las alertas  para el cabecismo en nuestro estado.

Pero, por ahora, la poderosa facción  que tiene el power morenista en la entidad,  es la de Bertha Luján, y no están dispuestos a soltarlo.