CUADRANTE   POLÍTICO…

POR : FERNANDO    ACUÑA  PIÑEIRO.—

   La metáfora  de un futbolista en decadencia, es casi perfecta. Solo que en este caso específico, el jugador de que hablamos, es   MORENA , cuyas piernas  de oro en el 2018, estaban aseguradas por un capital de más de 30 millones de votantes.

 Hoy, dicho partido, se ha mareado con la fama y de ser  un  rock star de la cancha democrática,  ha  caído en excesos,  y  ahora se le ve como un  atleta que ha envejecido rápidamente  y ha rodado por la pendiente del escándalo. De jugar en Europa, MORENA  se vino a la primera  división, cuando Polevnsky rasuró el padrón y cerró la puerta a la afiliación en el 2019.

 Posteriormente lo vimos jugar  en segunda  división, con  pleito encarnizado entre sus dos principales delanteras: Yeidckol  “La Tecatitos”, (¿O wiskitos?)  Polevnsky,  a quien  se le recuerda por  sus goles  de talón,  en aquellos quiebres   fiesteros con  los Pichichis neoliberales  y su antiguo entrenador Raul Salinas. Otra  de sus gambetas más famosas, es también la del costoso avión rentado a todo lujo, en su incursión por la banda  derecha tamaulipeca.

 Pues bien, esta  rompe redes obradoristas, de quien se dice que su verdadero nombre, es Citlali Ibañez, se enfrentó  con otra figura estelar, la cancerbera Luján, célebre por no dejar pasar ni el agua, a la cabaña MORENA. Ambas se sintieron dueñas de algo que  desde hace mucho tiempo dejó de ser un equipo.

   Las cosas  evolucionaron todavía más para mal, pues a raíz del  reciente Congreso nacional, donde  al parecer , desde la Presidencia del club, (Palacio Nacional),  contrataron a  un veterano medio campista  de a caballo, llamado Alfonso Ramírez  Cuellar, habilitado como defensa central del presupuesto, y lo convirtieron en el nuevo  capitán moreno, esto en lugar de remediar las cosas, las empeoró.

  El resultado es que el  equipo, sustentado por la marca de la  casa real  obradorista, considerado como la mascota  política de la   monarquía tabasqueña y macuspanense,  hoy ha caído víctima de un infarto al erario. La súbita  inyección de poder y de presupuesto, les provocó vértigos, que no han podido superar, mientras los noventa minutos del  sexenio, ya empezaron a correr. Y  se  va a requerir estar  en  buena forma, para el  encuentro del 2021, contra  a oposición fifi, que  parece haberles tomado ya la medida a los del  jersey  color ladrillo.

    Lo peor  de todo,  es que al parecer al dueño del equipo, no parece preocuparle mucho el desgarriate   que traen  los jugadores, la directiva, los auxiliares  y hasta los masajistas.

 Al paso que vamos,  los morenistas  podrían  terminar jugando como la Muga Medrano, o el Tecala Rodriguez, en ligas  locales  del futbol llanero, donde más de un  goleador  de barrio, les puede faltar al respeto, (deportivamente hablando) y darles la puntilla en su  decadencia.

    Lo que está  ocurriendo con el morenismo  nacional,  obviamente  se refleja  en las entidades  federativas.   Este  viernes, por cierto,  están  convocando a una rueda  de Prensa  en esta capital  tamaulipeca,  la cita es a las 12  del día, en un negocio  conocido como  Granja de San Andrés, ubicado en el Boulevard Tamaulipas, del  Fraccionamiento Las  Huertas.

  Si usted  me pregunta, porque  la rueda  de prensa no la hacen en el edificio  sede de MORENA, es precisamente, porque  dicha organización está  secuestrada  por la lucha de dos grupos en pugna.

  Aquí, en el estado, es muy probable que, en  el comunicado que den a conocer  los  voceros morenistas,  se pronuncien a favor  de apoyar la presidencia interina de  Alfonso Ramírez  Cuellar, pues  dicho personaje, diputado federal  con  licencia en trámite,  fue el candidato único a ocupar la silla  de la diva Polevnsky,  “la Lady  Avión”   que  se niega a  dejar el cargo. Por lo que existe  una dirigencia nacional bícefala.

  Desde  ahora les decimos que,  pese a que este viernes  se diga que el  barzonista Ramírez Cuellar  es el bueno, y el reconocido, con la bendición de Palacio Nacional,  mientras que  Polevnsky  y su grupo sigan pataleando, podemos decir que sigue la división.

  Aunque, como dice  la  conocida canción: “se nos reventó  el barzón, y (pese a ello), sigue la yunta andando.