El Fogón…

Por: José Ángel Solorio Martínez.-

¿Quién es el delegado de MORENA en Tamaulipas, Marcos Cruz Martínez?
¿Qué hace en la región?
¿Cuál ha sido su labor en estas tres semanas del ejercicio de su delegación en la entidad?
¿Cuál ha sido su discurso ante la prensa y sus correligionarios?
El profesor Cruz Martínez, proviene del Partido del Trabajo y se maneja bajo las órdenes de la dirigente nacional de MORENA, Yeickol Polewsky. Desplazó al ex diputado federal Renato Molina, quien había sido responsabilizado por el mismo Andrés Manuel López Obrador para resolver las contradicciones de ese partido en el estado.
Un elemento para dilucidar la tarea del delegado y su propia asignación en la comarca –incluso saber más de su perfil y de su actitud-, es analizar de entrada su discurso.
Primero: vino a desconocer la labor y el trabajo realizado en las filas de MORENA de Alejandro Rojas. En efecto: el enviado de Ricardo Monreal, había utilizado una narrativa opositora –quizá algo estridente, que a algunos no gustó, pero imprimió a su partido una carga de oposición intensa y de marcaje a la actividad del PAN y de su dirigente real– que había levantado el ánimo al interior del lopezobradorismo organizado en el estado.
Para ello, Cruz Martínez, utilizó un discurso contrario al pronunciado por Rojas Durán. Es decir: ni con el pétalo de una rosa, ha tocado al partido en el poder y sí, ha censurado la actividad de Alejandro.
Así, ¿o más claro?
En suma: la postura del nuevo delegado, dio un vuelco a la que Molina había enarbolado en la entidad; de una actitud del saludable choque –ese es el rol legítimo de cualquier oposición– de Renato, pasó a una conducta entreguista y genuflexa, que sólo puede gustar a sus adversarios.
La proclama principal del nuevo delegado, ha sido conminar a los morenistas a aceptar la lista a modo manufacturada por su jefa Polewsky, que lleva un tufillo a traición y a pacto en la penumbra.
Ese ha sido toda la aportación política del nuevo delegado.
Dos: desmanteló la red de alianzas que Rojas Durán había articulado en la entidad, dándole una potencia y una extensión amplia a MORENA. Con el excluyente apotegma de MORENA para los morenos, achicó un escenario que la diplomacia de Alejandro había construido en la búsqueda de la mayoría en el Congreso tamaulipeco. Alejó a grupos sociales que pudieron dar potencia a los desagrupados grupos morenistas.
Tres: los planteamientos centrales de Cruz Martínez, es la descalificación de los enviados de AMLO a Tamaulipas. No sólo está confrontando a Alejandro Rojas; también está ninguneado, a otro representante del Presidente que opera en la región: Rodolfo González Valderrama
La estatura de Cruz Martínez, no es contrapeso para los enviados de AMLO en la región. Es apenas, un aliado de Polewsky, cuyo origen es un partido –el PT- de bajo perfil y de bajo aliento. Con ADN salinista, en Tamaulipas decidió ir solo a la disputa del Congreso local, toda vez que MORENA no accedió el precio para ir en coalición: la mitad de las candidaturas; las de mayoría y las plurinominales.
El diferendo de Ricardo Monreal y la aún dirigente de MORENA –que por cierto vio disminuido su liderazgo al reconocerse la emergencia del Instituto de Capacitación Política de ese partido, que se llevara la mitad de las prerrogativas del INE para su operación–, pronto se resolverá. La derrota para Yeickol, estriba en que se resistió hasta el último momento para reconocer en la práctica a ese organismo que conduce el intelectual Rafael Barajas, El Fisgón.
El despliegue de la jornada del delegado Cruz Martínez, es más que evidente. Su presencia, no trae el objetivo de fortalecer su partido y a su Presidente. Su estancia aquí, se ha significado como dispersora, y rupturista de un proyecto que estaba enfilado a la pelea de la mayoría del Congreso tamaulipeco.
Cruz Martínez, no juega en el tablero de AMLO.
Sigue la jugada de los morealistas.