CUADRANTE POLÍTICO…
POR: FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO.-
Ambos siameses de la paternidad sexenal, van por Reynosa y por Matamoros. El primero, compite en un escenario, donde todo puede pasar con la impredecible Maki, misma que podría aprovechar la coyuntura, para deshacerse, políticamente hablando, de un rival interno por la gubernatura.
El segundo, (Héctor), parece más bien una secuela de la saga de Tom Cruise, Misión Imposible, una delicada tarea para el SNTE tamaulipeco.
¿Sus ventajas? Desde palacio de gobierno, los van a arropar en una burbuja de privilegios mediáticos, que no tendrán el resto de sus compañeros. ¿Desventajas?, son los más proclives a ser blanco del oleaje anti cabecista, que ya ha empezado a crecer en la frontera.
Para efectos de análisis, el cabecismo puro está arriesgando su resto.
La pregunta es si el alto mando de los vientos, se aventurará a enviar a su delfín Gerardo Peña por una diputación de mayoría en Reynosa. Aquí, lo más seguro es que vaya por las dos vías, incluyendo el blindaje plurinominal, o bien solo por la pluri. Lo cierto es que en la elección local que se avecina, el obradorismo moreno, podría derrotar en las urnas, a las dos figuras más prominentes de la marca Tam.
Si “Gera”, se mete al ring reynosense, está obligado a ganar en las urnas, y no a sacarse la lotería con una pluri que le regalen desde palacio, lo cual carecería de todo mérito. Para el hijo putativo del cabecismo, no habrá otra oportunidad: o bien demuestra de que está hecho, este dos de junio, o bien puede irse despidiendo de estar en la primera fila de la sucesión.
Cada sexenio estatal, tiene hermandades, pero también hechuras, consideradas como los alter ego más genuinos del poder. Dichos personajes, suelen estar arropados siempre por una burbuja de calor institucional, y de sobre protección paternal, en lo que al afecto político se refiere.
En el caso del régimen cabecista, sus dos exponentes más visibles, son el Secretario de SEBIEN, Gerardo Peña Flores, y el Secretario de la SET, Héctor Escobar Salazar. Serán estos dos funcionarios del gabinete cabecista, los que cosechen los logros de la actual administración, en las urnas. O bien paguen puntualmente con el voto de castigo, los yerros del sexenio azul.
El primero de ellos, es el hermano sentimental del gobernador, alguien que ya tiene muchos años, al lado del actual mandatario panista, y al cual se le considera en el círculo íntimo de los reynosenses en el poder, como una especie de heredero natural o algo así como “Príncipe”, de la monarquía política en boga.
En los años previos al momento estelar de García Cabeza de Vaca, antes de llegar a la gubernatura, cuando FGCV dejaba un cargo, para seguir ascendiendo en su carrera, ahí estuvo siempre Gerardo Peña, para sustituirlo.
El problema toral de Peña Flores, es que su verdadera vocación es la de banquero, empleó de donde salió en su natal Monterrey, hace ya muchos años, para incorporarse al proyecto de su amigo y jefe.
Tal vez por eso, por su gesto endurecido y su absoluta ausencia de carisma, que para muchos es el alma de la política, Gerardo no ha podido ganar ni un solo cargo de elección popular, a pesar de que ya ha recibido la oportunidad de aspirar a la alcaldía de Reynosa, y a la diputación federal por ese mismo distrito.
Si usted pregunta, cual de los dos Gerardo o Héctor tiene más carisma, con todo y los errores garrafales y de su falta de carácter, para imponerse a los poderosos feudos sexenales, en la SET, le diría que Escobar puede ser un poco más digerible, en términos de aceptación electoral.
De Peña Flores, podemos decir lo siguiente:
Del 2007 en que buscó ser el sucesor de su amigo, en la alcaldía de Reynosa, al 2019, en que su amigo se encuentra en la cúspide del político en Tamaulipas, Gerardo Peña ha probado las mieles de los más altos cargos administrativos, pero…en esos 12 largos años, no se ha podido sacar la espina de la derrota electoral.
Hoy va por esa anhelada reivindicación, pero desafortunadamente lo hace, en un momento, en que el obradorismo-morenismo vive su momento más importante, no solo en Tamaulipas, sino en todo el país.
Aquí, la gran pregunta es: ¿dejara pasar el JR a Gerardo Peña en Reynosa? ¿Y si el Gera llegase a ganar una diputación de mayoría, quedaría evidenciado que, el supuesto pleito del JR con su cuñado jefe de los vientos, es un cuento más grande que el de Caperucita?
A reserva de analizar este interesante tema en columna por separado, un triunfo cabecista en la mencionada ciudad fronteriza, pondría a José Ramón Gómez Leal, contra las cuerdas, en sus aspiraciones a la gubernatura.
Por lo pronto, los dos funcionarios más poderosos del gabinete cabecista, se aprestan a defender el proyecto del sexenio. Si estos dos llegasen a ser derrotados, entonces, una verdad incuestionable que saldría a flote, sería que, los ciudadanos de Tamaulipas, estarían castigando al cabecismo en las urnas, por no cumplir sus promesas del 2016.
¿De acuerdo?