CUADRANTE POLÍTICO…
POR: FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO.-
Adrián Oseguera y Mario López gobiernan frente al Océano. Sus políticas públicas tienen en la visión horizontal del Golfo, el mejor lienzo natural, para escribir todos los días, la historia de sus dos gobiernos municipales, sembrados en el génesis del horizonte obradorista.
Pero tal vez, la mejor lección, derivada de esa llanura de longitud infinita, es que en el mar todos son iguales, y en tiempos de ventisca, el mejor de los capitanes, puede aprender de sus marineros.
Todos conocemos la hazaña de sus dos barcos conquistadores del sur y el norte. Tanto el empresario como el maestro, supieron subirse con éxito a la cresta del hartazgo social, y encabezar la ola de la expectativa ciudadana, y sus promesas de la cuarta transformación.
Ya operan el timón de sus respectivos ayuntamientos. Ya recorren las calles y anuncian obras. Sacuden la modorra de las preocupantes realidades que sus antecesores les dejaron tiradas sobre la arena.
Desde que subieron al puente de mando, sabían que el tiempo mal utilizado puede convertirse en el mayor adversario. Y ni el más poderoso de los radares, puede sustituir la sensibilidad de un buen capitán, para medir las distancias y precisar el rumbo.
Los he tratado a ambos. Son dueños de personalidades opuestas, como los mismos puntos cardinales del litoral que les da sustento. Se que sus liderazgos pueden crecer, pero mucho de lo que puedan lograr, dependerá de su propio mar interior; de su capacidad para salir ilesos ante sus propias pasiones, inherentes a su empoderamiento como alcaldes.
Tanto a Mario como a Oseguera, les recuerdo que, tienen con ellos, al mejor asesor de la naturaleza. A la mayor fuente de filosofía y de conocimiento. Al más antiguo de los templos y a la más profunda cátedra, de sabiduría. Un lenguaje construido con los aciertos y los errores de cada siglo. El mar está hecho de victorias y de naufragios. Está bordado de lágrimas, de tristezas, pero también de templanzas y desafíos.
El mayor volumen de agua, que nos describe y nos identifica, como seres líquidos, sujetos a las leyes de gravedad, y a las tormentas del alma. No es casualidad que a los poetas y a los políticos les fascine el mar. A los primeros les despierta la inspiración de la vastedad y de escribir sus versos, como aves, dueñas absolutas de su libertad.
Y a los segundos, el mar los atrae, porque es el único que responde con precisión a su ego inacabable, pero también a su soledad, en la cúspide del poder.
En el mar puede haber soberbia y destrucción, pero también la humildad de una ola que un atardecer o una mañana, se acerca tímida hacia ti,para besar tus pies.
Esas son algunas de las metáforas que el mar tamaulipeco, les comparte a estos dos alcaldes del reacomodo político en nuestro estado.
Finalmente, ya en el plano del tema social, la vecindad del mar es fuente de múltiples expectativas de desarrollo. En primer lugar, el turismo, como parece que ya está sucediendo en ciudad Madero, con un alcalde visionario como Oseguera, empeñado en transformar el actual paseo de Miramar, para convertirlo en una destino turístico de primer nivel en el país.
En Matamoros, el factor industrial, el turístico y la circunstancia fronteriza, le dan un plus económico y social al Golfo del norte, en todos los sentidos.
Hemos visto también con agrado, como los dos alcaldes obradoristas, le están dando impulso al tema cultural. En el sur, Adrián ya está apoyando al séptimo arte. En Matamoros, recientemente Mario se reunió con el Patronato del festival Internacional de Otoño.
Pero lo más importante, para efecto de congruencia social, tanto en Madero como Matamoros, es el mar de becas para jóvenes que ya se anuncian con la llegada del obradorismo. La brisa MORENA de apoyos para las madres de familia y para los adultos mayores.
Tanto en Madero como en Matamoros, los latidos del mar y el pulso del poder político, han iniciado un viaje de expectativas muy importantes.
Habrá que verlos, en sus rutas de navegación. En ambos barcos, está de por medio, la esperanza de los ciudadanos. Esto es lo más importante…el otro mar..el mar de rostros y de voces que espera ser correspondido, en sus preferencias electorales.
Es en este espacio de las llamadas olas civiles,como las llamaba el poeta Salvador Díaz Mirón, donde está prohibido zozobrar.
Es el mismo mar y dos capitanes. Por el bien de sus gobernados, a ambos les deseamos que las cosas les salgan bien.