La dama del power reynosense le habría pedido al dirigente nacional del PAN, Marko Cortés que la colocara en el lugar número uno de la diputación federal plurinominal de la llamada Segunda Circunscripción, pero Marquito le contestó que ese espacio privilegiado, ya estaba apartado para el mandatario tamaulipeco.
Una versión de primera mano en Reynosa, indica que en realidad la Marca Tam, jamás tuvo negociada a Maki, políticamente hablando. Y ellos por su cuenta, fueron los que echaron a andar la versión de que iba como candidata de mayoría por uno de los distritos. Pero lo que la alcaldesa reynosense siempre buscó fue la pluri. No se la dieron. Porque al parecer, ya la tienen comprometida para el blindaje parlamentario del número uno tamaulipeco.
Aparentemente ya tenían negociada a la Presidenta Municipal, y como tal, los heraldos del palacio estatal cumplieron con la encomienda de divulgar la buena nueva: Maki iba como candidata a diputada federal, haciendo equipo con los candidatos cabecistas a cargos de elección popular en Reynosa.
La primera impresión fue que, el alto mando panista en Tamaulipas, sabía jugar las cartas, en el momento adecuado, y sobre todo, había aprendido insólitamente una operación matemática básica, que hasta ahora jamás había podido llevar a cabo: sumar, uno más uno.
Pero tal parece que la tan publicitada alianza con Maki, estaba montada sobre un castillo de naipes. O fue un borrego que se liberó, solo por estrategia y para ganar tiempo, mientras conseguían un plan B, como finalmente lo hicieron.
Lo cierto es que, todo posible acuerdo de Maki con los cabecistas, se acaba de derrumbar estrepitosamente, y con ello resurgen las dudas, y se fortalece la construcción de nuevos escenarios, nada a favorables para el actual grupo político en el poder tamaulipeco.
La razón es muy sencilla: en toda elección a un cargo de elección popular, el peor error que un grupo o partido puede cometer, es pelearse con el poder municipal en turno. Más aun tratándose de la urbe considerada como la reina del ajedrez político electoral tamaulipeco.
Desde hace muchos años, el fenómeno de la movilidad social y su clásico sueño americano, contribuyeron a la formación de mega asentamientos flotantes, que con el tiempo se convirtieron una ciudad súper poblada, por familias provenientes de otros estados. Eso es actualmente Reynosa, un conglomerado, donde el grueso de su tejido ciudadano, especialmente en las colonias populares, responde a la dinámica del flujo migratorio.
En su momento, tanto priistas como panistas, han aprovechado este potencial demográfico, para ejercer un clientelismo electoral que hasta la fecha sigue vigente. La historia de las luchas por el poder en Tamaulipas documentan el papel definitorio de Reynosa, para obtener senadurías, gubernaturas, o bien Congresos locales.
Pues bien, la jefa política de este feudo estratégico para la democracia tamaulipeca, se llama Maki Ortiz Dominguez, y debemos reconocer que ha tenido la suficiente fuerza como para resistir las embestidas cabecistas, a lo largo de cuatro años.
¿Cuál es el camino de Maki? No lo sabemos aun, pero si sus diferencias con los cabecistas se mantienen, se le estaría abriendo una excelente posibilidad a MORENA, para ganar para su causa a la dueña de la estructura municipal más decisiva, (electoralmente hablando), de los 43 municipios.
En caso de que los morenistas desperdiciaran esta valiosa coyuntura, probablemente, Maki buscaría una tercera opción, que podría ser la vía independiente. Por el momento, no sabemos, cual sea el desenlace de esta telenovela fronteriza, que ya rivaliza en rating, con aquella célebre “Cuna de Lobos” de Televisa.
Habrá que ver, en lo sucesivo, que es lo que ocurre. Por lo pronto, más que los actores políticos en Reynosa, están hablando los hechos:
1.—Maki fue la gran ausente en los registros de las candidaturas panistas; 2.—En su reciente gira por Reynosa del Gobernador, la alcaldesa no lo recibió, lo cual ya tiene una enorme carga de significado político.
Traducción:
Maki se acaba de divorciar de nuevo del power de Palacio. Y parece que esta separación que presagia guerra electoral, será definitiva.
Los mariachis azules callaron. De la mano del panismo texano-reynosense, cayó la copa.