DESDE ESTA ESQUINA…

Por: MELITON GUEVARA CASTILLO.-

Hace días César Verástegui, mejor conocido como El Truco, y que es un servidor público en entrevista periodista ofreció tener las puertas abiertas de su oficina; se entiende, para los ciudadanos, líderes de grupos sociales, o tan simple para tamaulipecos que tengan problemas y que estén dentro su responsabilidad pública. La cuestión, sin la menor duda, es que conozcan y den respuestas a la problemática estatal.

Por lo regular, de siempre, los servidores públicos han mostrado reticencia no solo a tener las puertas abiertas; llegando, incluso, a negar audiencias y darle vuelta y vuelta a los distintos problemas. Los dejan crecer y luego ya no encuentran, eso sí, la puerta para dar con la solución. La historia de la política y la administración pública lo evidencia.

NIÑOS CON PANCARTAS.

Cuando Álvaro Villanueva era Presidente Municipal hubo un problema al construirse un fraccionamiento. Elimino vías de acceso a varias colonias y tras una y otra petición, no les hicieron caso. Continuo la construcción, el fraccionador hasta se burlaba de los colonos. Un día, sin embargo, los niños que para ir a la escuela, ahora tenía que dar vuelta más larga, caminar más, protestaron con pancartas en mano.

Como las puertas al dialogo y a buscar una solución no aparecía, los niños llegaron a la Presidencia, no los recibió nadie, le cerraron las puertas y, como era miércoles, a alguien se les prendió el coco y fueron a dar al Congreso Local: y entraron como Juan por su casa, pancarta en mano, saludaron a los diputados en plena sesión y los reporteros se dieron vuelo, con entrevistas, fotografías y videos… en un 2×3, como dice Martha Olivia, llegaron el alcalde, el fraccionador y otros servidores públicos… se arregló el asunto.

VAYAN A LA PRESIDENCIA.

Recuerdo un caso más de cómo, las puertas cerradas, obligan a la gente a tomar decisiones un poco más drásticas. Fue en el gobierno municipal de Pascual Ruiz. Igual, un grupo de colonos tenían tiempo con múltiples problemas y demandaban el apoyo del gobierno. Así que un día, llegaron a su casa y si salió, fue para decirles que estaba descansando, que fueran a la Presidencia Municipal. Mala respuesta, si, porque la reacción fue airada.

Y es que Pascual efectivamente atendía audiencias y más audiencias. Quizá en ese sentido no tenía problemas. Sin embargo, asumo que conociendo el problema que le plantearían, pues nunca los recibía. Les decían que no estaba, así una y otra vez. Por eso, le dijeron, si vamos, ya tenemos mas de dos semanas que, a diario, ahí estamos, pero nunca lo vemos, nos dicen que no está… No les quedo otra, en serio, pues de ir a su casa.

LOS DIPUTADOS LOCALES.

Los diputados son los representantes del pueblo: aparte de legislar una de sus tareas es cabildear, atender a las demandas y problemas de sus representados. Por eso, algunos, en cierto momento hasta instalan una casa de atención ciudadana. Por eso, es obvio, que los diputados deben tener sus puertas abiertas, recibir a ciudadanos dar audiencias y gestionar la solución a sus problemas. Sin embargo, en la realidad, eso no se ha validado en la práctica. Cuando el PRI era todopoderoso, no todos sus diputados lo hacían: Álvaro Villanueva, Felipe Garza, Isidro Ruiz, Enrique Cárdenas, Blanca Valles, Carlos Morris, entre otros.

La lista de diputados del PAN es corta: Glafiro Salinas, Alberto Lara, Ciro Hernández y Judith Martínez de León, entre otros. Es una decisión personal y, en todo caso, producto de su vocación de servicio o que, de plano, no les interese darse baños de pueblo. Baño tan necesario para aquellos que están pensando en la reelección: ¿los conocerán en su distrito? Una observación: a veces, de tanto que los conocen, prefieren no votar por ellos.