Entre Nos…

Por: Carlos Santamaría Ochoa.-

 

El tema ha dado para muchas cuartillas en todos los medios de comunicación y opciones gubernamentales: los migrantes y el derecho -o no- de que se les faciliten las cosas aún más de los que pagamos impuestos y tenemos derecho constitucional de ser tratados bien, como seres humanos.

Este fin de semana inició una persecución histórica en los Estados Unidos, que pretende expulsar a los migrantes de su nación, olvidando que son ellos los que le han dado mucho de lo que tiene.

Hay muchos indocumentados que han preparado sus papeles y se acogen a la ley SB4 norteamericana que les ofrece ciertos privilegios, sin embargo, sabemos que en la realidad los abusos oficiales se dan en todo el mundo, incluidas autoridades migratorias estadounidenses.

Dice una indocumentada: “es un país que no es de uno, y tienes que portarte bien”, en un trabajo de la televisión de paga mexicana Milenio. Ella no concibe las formas que tiene el gobierno norteamericano de perseguirlos, pero entendemos que tendría razón en la parte de la ley. Expliquemos.

Somos de la idea de que tenemos que preservar los derechos humanos de todo individuo vivo, sin limitante alguna, pero también somos de la idea de que debemos tener lo que debemos, lo que merecemos o lo que buscamos, ni n´s, pero tampoco ni menos.

No es posible tener un gobierno que está regalando dinero a miles de indocumentados centroamericanos, abrigo y más, cuando tenemos cinturones de miseria en la sierra de Oaxaca o Chiapas, por citar solamente un ejemplo.

En este sentido, anunció el presidente de EE. UU. que habrá deportaciones, y a lo que pensamos que por donde o a donde irán los que se regresen, que por muchos argumentos que tengan para huir de su parís, no tienen derecho a violar las leyes de otros países. No suena justo enviarlos a México, cuando irresponsables gobiernos centroamericanos no asumen su postura de nación y atienden a sus seres con medidas especiales.

No compartirnos la opinión de quien piensa que por los derechos humanos tenemos que asumir actitudes paternalistas con los de fuera: somos del criterio que es demasiado el recurso que se destina a ellos, y nadie los trae a fuerza, y por otro lado, las mujeres van con niños de brazos, no tratando de salvar a su familia, sino utilizándolos como escudo intocable para parar el puente.

Es necesario entender literalmente que las leyes son para cumplirse y nada más, y que si somos laxos, sin dejamos que pisoteen a nuestras autoridades y hagan lo que vimos, sin miramiento alguno se les eche del país. No merecen siquiera cruzar por este recurso. Deberíamos dejar de ser los candiles de fuera teniendo la casa oscura.

Ya es tiempo de poner a cada quien en su lugar, y exigir a la autoridad americana que se haga cargo de sus políticas migratorias, y si los regresa, que lo haga como debe, pero no dejando a México un problema que reventará en la frontera primeramente.

No debe ser nuestro problema, porque bastante tenemos con la inseguridad que vivimos a diario, como para encargarnos de los problemas de los de abajo que quieren irse con los de arriba del mapa y muchas veces terminan sirviéndoles.

Y no es que seamos egoístas, pero con una carátula falsa de socorrer a los hermanos centroamericanos navega mucho connacional: hagamos algo justo y brindemos apoyo a los que a diario se parten el alma sin comida y viven en la miseria en la entidad y el país, sobreviviendo de puro milagro.

México para los mexicanos primero, debiera ser la premisa; hoy, tenemos que prepararnos para lo que viene con esa turba de decenas, cientos o miles de migrantes que al gobierno estadounidense nos quiera echar en cara.

Hagamos lo que se tiene que hacer, que sea justo, y dejemos los problemas de los demás para que ellos los resuelvan, porque nuestro país tiene ya muchos problemas por esa falta de apego a la ley que hacen migrantes todos lo días.

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