Entre Nos…
Por: Carlos Santamaría Ochoa.-
Hace ya casi tres décadas, siendo doña Josefina Cárdenas Chapa (+) presidenta de la Asociación Mexicana de Diabeto, capítulo Victoria, se llevó a cabo el primer campamento para niños y jóvenes con diabetes, emanado del Hospital Infantil de Tamaulipas, pero apoyado por la ONG que referimos al principio.
La idea de doña Josefina era dotar de conocimiento a los niños y jóvenes diagnosticados y que se atendían en el hospital, así como a sus padres, conscientes de que es una enfermedad familiar en la que todos deben involucrarse, porque de otra forma el éxito es muy relativo.
En una ocasión vino el alpinista mexicano Erick González Fritsche, diagnosticado con diabetes tipo 1, quien dejó muchas enseñanzas. No podemos olvidar el invaluable apoyo del Ejército Mexicano para la celebración de este evento.
Y así se han sucedido, y surgen del Hospital Infantil porque es ahí donde se capta a los pacientes, y porque hay una urgente necesidad de que nos empoderemos de nuestra enfermedad y hagamos todo lo necesario por lograr el control o autocontrol, para ser más exactos.
El legado de doña Josefina creció hasta que manos ajenas y sin escrúpulos lograron desaparecer a este grupo tan importante. Mientras, hubo campamentos con muchos patrocinadores que dieron muestra de la generosidad de los victorenses y del gobierno en turno, que hemos de decir que todos sin excepción apoyaron a nuestros niños.
Con mucho gusto vemos la información de que la Secretaría de Salud llevó a cabo un campamento en Soto la Marina con el mismo objetivo y, seguramente, los mismos doctores que entusiastamente han colaborado por años casi todos: Daniel Llanas, Hugo Yepez, Roberto Hamilton y la doctora Cornejo como cabeza de un proyecto nacido, insistimos, hace lustros gracias al amor a la vida y etusiasmo de Josefina Cárdenas Chapa.
Este evento, apoyado por el DIF Tamaulipas fue un éxito y se entregaron materiales a los chicos para su control, no sin antes explicarles qué hacer con el mismo para que se aprovechen al máximo.
Los campamento nacen en la ciudad de México y es una respuesta a las necesidades de pacientes con diabetes tipo 1, niños en su mayoría, y que se multiplicó en el país, gracias, como sabemos, al entusiasmo de mucha gente y al invaluable apoyo de la autoridad sanitaria en cuestión.
¿Nos hace falta más? ¡Claro que sí! Hay muchos niños más que requieren apoyos, pero el más importante es el que lleva como filosofía este tipo de actividades: la capacitación y autocontrol, la educación diabetológica y el control de uno mismo en todo el tratamiento, porque somos nosotros los responsables de nuestro estado físico y nadie más.
Es digno de aplauso el esfuerzo que hace el Sistema DIF de la mano con la Secretaría de Salud; sus titulares, la Primera Dama del Estado Mariana de García Cabeza de Vaca y Gloria Molina dispusieron de un importante grupo de profesionales y gente muy bien preparada para que fuera un éxito el evento, en el que la mejor de las cosas fue el resultado: niños capacitados para enfrentar su diabetes y jóvenes que saben también qué hacer ante un diagnostico de eta naturaleza.
Entregaron 70 equipos de monitoreo a igual número de chicos para su apoyo en el tratamiento de la enfermedad más incapacitante del mundo y la historia, y ofrecieron una cantidad importante de charlas y dinámicas que permitirán aprender jugando, aprender y aplicar los conocimientos a los alrededor de 200 participantes.
Hay actualmente 162 personas en los datos de registro del Hospital Infantil de Tamaulipas, de los cuales, 85 son pacientes del mismo hospital, y en los últimos tiempos han tenido un repunte en sus actividades, también -es justo decirlo- gracias al empuje de padres y familiares de estos chicos, quienes demuestran que, unidos, entre todos hacemos mucho más.
Felicidades al DIF Tamaulipas, al Hospital Infantil, y a todos los participantes en una causa tan noble y necesaria.
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