Entre Nos…

Por: Carlos Santamaría Ochoa.-

 

Lejos estamos de aquellas campañas que emocionaban, o al menos, no en la entidad, cuando ha sido tradicional que solamente las del cambio de sexenio llaman la atención.

Las campañas intermedias como que “no prenden”, dirían los críticos, y es que sinceramente, a los postulantes como que les hacen falta algunas cosas determinantes, y una de ellas es el espíritu del político, el “punch”, el pegue, el ser imán de atracción popular, y dejar de querer dormirnos con las flácidas promesas de siempre, que por cierto, siempre se dejan sin cumplir.

Aún recordamos la vehemencia con que nuestro alcalde pateó parquímetros, juró por sobre la Virgen del Chorrito que habríamos de tener agua, y resulta que, ni se fueron los parquímetros, ni hay agua y tampoco calles en buen estado,.

Antes, otros nos prometieron seguridad, nos prometieron buen comercio internacional y oportunidades parar todos, y la falta de cumplimiento de promesas nos ha hecho incrédulos.

Puede llegar alguien con muy buenas intenciones y no le creemos porque ya estamos “ciscados”: dicen que hasta al jocoque le soplamos luego de lo que hemos vivido.

Y vemos campañas que no aceptamos que cuesten dos pesos por evento, en unos límites absurdos que propone la autoridad electoral en gastos, sabedores, algunos de nosotros que los equipos de sonido no cuestan 1.50 el alquiler, y que las camisetas tampoco las venden a 4 por un peso.

Y vemos al Congreso de Tamaulipas convertido en no sabemos realmente qué, porque nos han demostrado que solo han navegado cobrando buenos salarios: hay que ver las propuestas de los casi tres años y ver la forma en que “exigen” que todos estudiemos, o que respetemos la ley de tránsito y propuestas de ese tipo.

Todos los que manejamos sabemos que hay una ley de tránsito y que ay que respetar, igual que un código penal, y que hay castigos para quien no observe las leyes. No somos tan tontos.

Como que les ha faltado a los candidatos esa chispa y dejar de proponer cosas absurdas, lógicas y faltas de iniciativa.

Todos queremos vivir tranquilos y sabemos que para lograrlo se requieren estrategias múltiples con la participación de los tres niveles de gobierno, de dependencias distintas y multidisciplinarias, porque de otra forma no habrá los resultados esperados. Lo sabemos, no somos ajenos a la realidad.

Pero sinceramente, no recordamos las propuestas de los candidatos que hoy en día se supeditan a mensajes en redes sociales, sobrevalorando un recurso comunicativo y convirtiéndolo en la panacea de la comunicación, cuando no deja de ser un lavadero donde los chismes están a la orden del día.

E equivocaron de genio: las redes sociales no los harán ganar, porque ya nadie cree en los chismes baratos de Facebook o los mensajitos de Twiter al estilo de Trump o Maduro.

La ciudadanía requiere de otras estrategias para ser convencida, y los que aspiran a ser autoridad deben tener el criterio suficiente para darnos nuestro lugar como seres pensantes.

Tienen que dejarnos de ver como chairos, como fifís y estas incongruencias -estupideces- que surgen de la populista forma de pensar de quien nos ha devaluado a seres sin cerebro y nos trata peor que gente sin materia gris.

¡Sorpresa! Los virtuales electores -algunos- pensamos y creemos aún que puede haber una autoridad digna de sus representados, un verdadero congreso, que deje de engañarnos y ser partícipe de un servilismo que ofende y aleja a los que realmente quieren votar.

México merece más, y quienes buscan una curul, pensamos, deben procurar que usemos la inteligencia, aunque para ellos sea difícil. Todos queremos buenos diputados, no alebrijes de la política

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