PODER POLÍTICO…

 

POR: Ciriaco Navarrete Rodríguez.-

Según el vaticinio del economista norteamericano Jim Richard, ante el eminente colapso del Sistema Monetario Internacional, México corre un gravísimo peligro porque carece de la capacidad económica y financiera para protegerse de esa crisis externa.

Por tal motivo, sin presumir de ser adivino del futuro económico y financiero de nuestro país, puedo asegurar que la vulnerabilidad de México, se debe a la carencia de democracia verdadera, muy a pesar de que los asesores del presidente de México, y el propio Andrés Manuel López Obrador, presumen, y hasta se lucen usan la palabra democracia, cuando en realidad, debieran entender que esa es una gran mentira, que ellos nos repiten con suma frecuencia, muy a pesar de que está plenamente comprobado, esa carencia democrática nos conduce al encarecimiento  de la producción nacional, y al impredecible vaivén de la devaluación del peso mexicano.

Jim Richard, en su reciente libro titulado “La Gran Caída: Cómo hacer crecer su riqueza durante el colapso que se aproxima”, se trata de una obra literaria en la que el autor hace una seria advertencia a la sociedad norteamericana, en relación con ese inminente peligro venidero, pero como bien sabemos, y dicho sea coloquialmente, cuando a los gringos les da una simple gripa pasajera, los mexicanos padecemos una pulmonía doble, y nuestra moneda, y la economía del gobierno y la de nosotros los gobernados, irremisiblemente se pulveriza.

Y como siempre sucede, las sociedades de las naciones que conforman las siete únicas democracias del mundo, como lo son los Estados Unidos de América, Japón, Alemania, Canadá, Francia, Italia y el Reino Unido de la Gran Bretaña, son las únicas que salen bien libradas, y si bien es cierto que también son afectadas, de ninguna manera sufren el colapso que arrolla a las 183 naciones subdesarrolladas y antidemocráticas que existen en la geografía política mundial.

Los mexicanos de avanzada edad como yo, que ya habré de romper la “piñata” de los 78 años”, el ya cercano día uno de mayo próximo, porque nací en el año de 1941, cuando corría el tercer año de a Segunda Guerra Mundial, y en tiempos en que el dólar valía siete pesos con cincuenta centavos, pero la economía mexicana se fue complicando, y ese valor de la moneda norteamericana pronto subió a doce pesos con cincuenta centavos, pero aquella efímera “luna de miel” concluyo bruscamente en noviembre del año de 1976, cuando el dólar duplico su valor y rápidamente siguió escalando, de tal manera que se fueron sucediendo las devaluaciones de nuestra moneda, con cuyo proceso, lastimaron severamente a las familias populares.

Sin embargo, como siempre sucede, las clases privilegiadas, los gobernantes y los políticos mexicanos, si bien es cierto que se dieron por enterados, también es verdad que no sufrieron el hambre, ni la desesperación que degenero en el suicidio de numerosos compatriotas del ámbito netamente popular.

Y además, recuerdo que muchos burócratas jubilados que tenían percepciones de apenas dos mil pesos mensuales, cuando Carlos Salinas de Gortari, convirtió el billete de mil, en un peso, también hubo personas que se suicidaron o que murieron infartados porque su cheque mensual les llegó por la cantidad de dos pesos, razón por la cual, debemos comprender que si esos burócratas vivían muy limitados con su pensión anterior, queda claro que con los llamados “dos nuevos pesos”, como los llamó Salinas, les resultó imposible sobrevivir.

Por fortuna durante esos tiempos del perverso salinismo, se generó una obligada recuperación de las percepciones de los burócratas jubilados y pensionados, y hubo una parcial compensación salarial, que resolvió en parte los reclamos de la burocracia nacional.

Pero, por otra parte, también se desarrolló exponencialmente la migración ilegal hacia Canadá y particularmente a los Estados Unidos de América, lo cual, es un fenómeno que ha costado muchas vidas, pero, al fin y al cabo, los compatriotas que han logrado y siguen logrando ese propósito, están convertidos en un poderoso soporte económico de numerosas familias mexicanas, y lo hacen por medio de los millonarios envíos dólares, que remiten cada mes, a sus familias que residen en México.

Lo deseable es que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se esforzara por entender que llevar a México a una Cuarta Transformación como repetidamente lo asegura, solamente lo podrá lograr si convoca a un Congreso Constituyente para que redacte una nueva Constitución General de la República, con el fin de derogar la que está vigente, porque es un desecho jurídico, que en mala hora nos legó el Congreso de Querétaro en el año de 1917.

Pero no hay para qué darle muchas vueltas al asunto, porque será suficiente con que ese Congreso Constituyente retome la Constitución que nos legó el Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García, porque sería la manera idónea de recuperar aquella magna Constitución, que de manera equivocada fue derogada, y perdió su democrática vigencia, el 30 de abril del año de 1917, porque al día siguiente, Don Venustiano Carranza, ya como Presidente Constitucional, en contra de su voluntad, se vio obligado a jurar la mal llamada Carta Magna que para desgracia del pueblo mexicano está en pleno vigor.

Yo estoy seguro de que mi propuesta es difícil de llevarse a cabo, por dos razones, la primera se debe a que se desconoce el concepto verdadero de la democracia, debido a que el propio gobierno nacional mexicano, nos ha obligado a creer solamente en el significado etimológico de esa palabra, pero además se ha opuesto de manera férrea, a que podamos trascender del significado etimológico al concepto de la democracia para entender que se trata de el régimen de gobierno que es el único que garantiza el crecimiento de la riqueza, y no de la pobreza, como desde hace más de cien años le ha estado sucediendo al sufrido pueblo mexicano.

Por otra parte, a esa creencia tan arraigada en la mentalidad del ´pueblo y hasta de los académicos mexicanos, al gobierno nacional, le ha facilitado el desarrollo de un perverso adoctrinamiento, que por cierto,  actualmente se le considera muy natural, y ha servido para que los mexicanos creamos  ciegamente, que México, es un país con gobierno democrático, pero es una nación de pobres ´porque supuestamente,  “Dios así lo ha querido”, y por eso el empobrecido pueblo suele creer que su mala suerte solamente puede desaparecer por medio de supuestos  “milagros divinos”, y por esos llaman a la  Virgen de Guadalupe, la patrona, no solamente de México, sino de toda América.

Pero si eso fuera cierto, ya no habría familias pobres en ninguna nación del mundo, pero aprovechándose de la fe religiosa, han surgido miles de templos fundados por grandes vivales, que por largos siglos y hasta milenios, han aprovechado esas falsas creencias divinas, para enriquecerse “por la gracia de Dios”.

Esos vivales engañan a sus feligreses, con la complicidad de los gobernantes, haciéndoles “creer que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza”, para lo cual inventan falsas alegorías literarias y cánticos falsos, para esconder la gran verdad de que es el Ser Humano, el que hizo a Dios, desde tiempos remotos, porque cuando no sabía que el sol y la luna eran astros del universo, los interpretó como Dioses,  y lo mismo hizo con el rayo, la centella, la lluvia, a los que el hombre divinizó porque no se  sabía que eran fenómenos de la propia naturaleza.

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